domingo, 14 de diciembre de 2014

Acercándonos a la felicidad

Querer ser felices es un deseo por el que firmaríamos siempre, pero no se puede ser feliz sin aceptar que los contratiempos son parte de nuestra vida, por lo que debemos afrontarlos; aunque, eso sí, con la mejor disponibilidad posible, conscientes de que la felicidad completa no existe, entre otras cosas porque, considerada como la ausencia de males, el mal y el dolor son consuetudinarios con la relatividad humana y la felicidad sólo tiene sentido como contraposición a la tristeza, de la que podemos salir con la buena predisposición que nos proporciona el positivismo. Tampoco debemos considerar la felicidad como una meta en sí misma o un estado a lograr, sino como una elección interior y personal constante a llevar a cabo en cada momento, porque no hay nada ni nadie que nos pueda dar más felicidad de la que podamos darnos a nosotros mismos. Para orientarnos veamos unos pasos concretos a dar a diario con el fin de intentar ser más felices en medio de las preocupaciones diarias. 1. Agradecer, vivir en un estado de gratitud permanente con nosotros mismos y con cuanto nos rodea, siendo conscientes de que agradecer nos permite mejorar nuestra autoestima, autoconfianza y motivación de una forma tal que nos mantenga conscientes y convencidos de nuestro poder interior. 2. Sonreír, ya que la sonrisa y la risa son grandes activadoras de endorfinas, hormonas asociadas a la sensación de bienestar y felicidad internas, que tienen relación directa con la salud de nuestra mente y cuerpo. Sonreírle a la vida es una formidable y enriquecedora experiencia llena de contrastes y aprendizajes. 3. Ser flexibles, partiendo de que cuanto ocurre fuera de nosotros es transitorio y puede cambiar y porque siendo flexibles aceptaremos nuestras vivencias cotidianas como oportunidades de crecimiento permanente. 4. Vivir y disfrutar el momento, siendo conscientes de que debemos afrontar cada momento de nuestra vida como forma de ponernos en contacto con nuestro interior y con el poder que encierra el disfrute de cada momento. 5. Ser generosos en intentar salir de nuestros dramas personales y en darnos a los demás, aceptando que nuestra vida es mejor de lo que pensamos y que la felicidad se encuentra muchas veces en las cosas más sencillas. Para ello sigamos los siguientes pasos: Tener siempre una actitud positiva, buena disposición, dar importancia al momento, cuidar nuestra propia imagen, proponernos metas, buen humor permanente, perdonar las afrentas, darnos con generosidad y potenciar las aficiones y las relaciones sociales. ¡Que seáis felices!

viernes, 14 de noviembre de 2014

Sobre la televisión

¿Qué decir sobre la televisión y sus efectos en la formación o deformación de la gente que no se haya dicho ya, sobre todo en la gente menuda, por aquello de que es la más vulnerable por moldeable? Si tenemos en cuenta que, como casi en todo, lo que prima es la captación de televidentes para tener el "share" más alto, ser más requerida por la publicidad e incrementar su volumen de ingresos, parece que lo primero que se debe buscar es qué tipo de población es la que más TV consume para cebarla con los programas que desean bajo la contundente respuesta cuando se hacen las encuestas de que lo que quieren al llegar a casa y encender el aparato es algo que les relaje. Pues, ¡hala!, a poner realities, cuanto más soeces y al límite de la obscenidad mejor. Mientras tanto, la 1ª cadena nacional, oscilando ideológicamente según el partido en el poder y sin publicidad que la mantenga, pierde espectadores a medida que decae el interés de la gente por su programación. ¿De qué sirve que la 2ª cadena nacional muestre programas formativos si en el mejor de los casos es vista por el 13%? Por otra parte es de justicia decir que las horas que pasamos ante el televisor pueden oscilar desde el mero entretenimiento a la cultura, con alguna pizca de morbo. Pero en todo caso hay que preservar al televidente infantil del uso y abuso de programas sin control. Por esta razón es por lo que quienes peinamos canas y llevamos encima la carga de tantos programas y cadenas vistos, nos atrevemos, desde nuestras ideas veteranas, a soltar el siguiente cúmulo de consejos por si alguien tuviera interés en leerlos y sobre todo en seguirlos. 01. Los padres deben ser responsables de enseñar a los hijos a ver espacios televisivos enriquecedores. 02. Enseñar y seleccionar no es lo mismo que "ver programas de televisión". 03. Crear un criterio de selección del momento de ver TV para evitar un consumo innecesario. =4. Acordar de antemano el programa a ver. 05. Evitar que haya otro aparato de TV en el cuarto de los hijos, para evitar el aislamiento, la adicción y el perjuicio a la vida familiar. 06. Tener un horario preestablecido para ver programas de TV. 07. No usar la TV como "niñera electrónica". 08. Apagar la TV mientras se coma en familia. 09. Orientar la capacidad de imitación del niño hacia el conocimiento de personajes reales y ejemplares que merezcan ser imitados. 10. Tratar de acompañar como padres a los hijos a ver TV, para verter juicios apropiados sobre los programas. 11. Aceptar la responsabilidad de que son los padres los principales formadores de los hijos. 12. Tener en cuenta que no es conveniente que los niños y jóvenes puedan ver el programa que se les antoje. 13. Los padres deben informarse del contenido de los programas de TV. 14. Una vez informados del contenido de los programas de TV, respetar la señalización de los programas infantiles difundida por el Ministerio de Educación y Ciencia y por el Consejo Nacional de Televisión. 15. Concienciarse de que los hijos deben aprender valores antes que nada en el ámbito familiar. 16. Esforzarse en buscar alternativas a la TV fomentando otro tipo de actividades. 17. Hacer llegar a los niños la "cultura de la imagen" por medios que no sean exclusivamente los televisivos. 18. Fomentar en familia el análisis crítico del contenido de los programas televisivos. 19. Convertir los programas de TV en materia de conversación en reuniones de familia, en los que sean analizados. 20. Crear una videoteca con películas y documentales de interés para los niños. 21. Estar muy atentos a los comerciales para que la TV no convierta a los hijos en personas superficiales o consumidoras de todo lo que se anuncia. 22. Aceptar como derecho y deber el iniciar a los hijos en una positiva y prudente educación sexual que evite una imagen distorsionada del amor humano. 23. Impedir que los hijos vean una TV de mala calidad que les haga confundir la realidad con la ficción, desorientarlos y equivocarlos al comprender y valorar el sentido de la vida. 24. Evitar que el ver o no no ver TV se convierta en los niños en un premio o castigo. 25. Organizarse como padres de familia para exigir una TV de calidad. 26. Incentivar el uso de una buena TV resaltando y difundiendo entre nuestras amistades los buenos programas. 27. Tener en cuenta que el ejemplo es la herramienta más eficaz de los padres a la hora de usar la TV.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Ser positivos

Se dice que cuando se cierra una puerta siempre hay una ventana que se abre, que después de la tempestad viene la calma y que hay que quedarse siempre con la parte llena de la botella. Y es que el refranero, que es tan rico en expresiones como sabio en consejos, nos invita a ser positivos en nuestras acciones, a atacar con intensidad cada momento de nuestra vida, a reírnos, a ser felices y a hacer felices a los demás relativizando los problemas y confiando en nuestra capacidad para superarlos, conscientes de que así tendremos salud, evitaremos males como la depresión, la ansiedad o la agonía, así como ser desplazados de nuestros círculos de amistades y familiares por cenizos y agoreros. Por eso remitimos, a modo de consejo, diez ideas que pueden ayudarnos a ser positivos: 1. Pensar positivamente en cada momento visualizando éxitos, no fracasos, y evitando la gente y los ambientes negativos. 2. Decidir nuestros propios sueños y objetivos, pero viables. 3. Pasar a la acción para intentar cumplirlos. 4. No dejar de aprender nunca. 5. Ser persistentes y trabajar duro. 6. Aprender a analizar los detalles. 7. Poner toda nuestra atención en cuanto hagamos. 8. No temer innovar, intentar ser diferentes. 9. Comunicarse con la gente de forma efectiva. 10. Actuar con honradez.

viernes, 10 de octubre de 2014

Sobre la conciencia

Hablamos de conciencia refiriéndonos a esa facultad humana de autorreflexión que nos dicta, antes de ejecutar un hecho, un comportamiento. Por norma hablamos de buena conciencia, aunque justo es reconocer que también existe la mala, lo mismo que existen el bien y el mal. Ambas se debaten en nuestro fuero interno y contribuyen a las buenas y malas acciones a las que nuestra capacidad e intereses nos conducen. Obviando la mala y quedándonos con el desarrollo de la conciencia, buena por antonomasia, vertamos un decálogo de sugerencias para contribuir a ser mejores personas, a ser más felices convenciéndonos de que son válidas y mejores ciudadanos con vistas a hacer la vida más agradable, porque a veces cargamos sobre nuestros hombros cargos de conciencia por temas que no deberían afectarnos tanto. 01. Trata de llegar al corazón de los problemas 02. Toma parte activa en lo que es verdaderamente importante en tu vida 03. Procura que las acciones y emociones de otras personas te influyan cada vez menos 04. Abandona actividades y tareas innecesarias y superfluas que no te enriquezcan 05. Conviértete en una mejor persona que crece en múltiples aspectos personales 06. Compréndete mejor a ti mismo revisando tus patrones de pensamiento, acciones y actitud 07. Desarrolla y practica la productividad máxima alejándote de la adicción a las distracciones 08. Inspira a otros a acompañarte en tu camino de desarrollo personal 09. Alivia tu estrés incrementando las actividades y hábitos positivos 10. Deja de lado a aquellas personas o ideas que están en contra de tus más grandes sueños.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Divagaciones sobre la crítica

Somos muy dados a la crítica, sobre todo sin que esté presente la persona criticada, como si lo que quisiéramos, más que solucionar el hecho con el que en principio no estamos de acuerdo, es soltar nuestra mala fe para que, con la aquiescencia de la tercera persona con quien hablamos, nuestra conciencia se sienta liberada. Y es que parece que los problemas de conciencia pesan, por lo que de vez en cuando hay que soltarlos. Por otra parte, como la capacidad de escucha también es deficitaria, el mero hecho de echar una diatriba le permite al interlocutor replicar con la suya hasta que ambos mensajes van tan en paralelo que al final uno no sabe lo que ha dicho el otro, pero se siente mejor por haberse desprendido de su sapo por aquello del que calla otorga. Así nos desenvolvemos en lugar de que una vez detectado el mal que nos afecta vayamos a buscar la fuente de un desaguisado que en ocasiones sólo estriba en un problema de exposición o de interpretación. Pero hacemos complicado lo sencillo pensando en lo que no debiéramos y como a la mayoría de los interlocutores les da igual lo que les digan, no vaya a ser que por replicar tengan problemas o pierdan esa mal llamada amistad, se callan, otorgan o se ponen a contar su experiencia al respecto, tanto más exagerada, hacia arriba o hacia abajo, que la que están oyendo. Es porque la crítica es un tema del que no nos vamos a desprender nunca, que conviene aprender a pasar de ella y procurar que no nos afecte en nuestra manera de ser, por lo que exponemos esta serie de consejos para afrontarla: Decide a qué le das importancia y a qué no se la das para poder responder en ciertas circunstancias o para ignorar otras. No sientas un ataque cuando alguien lance alguna crítica sobre ti. Las personas activas y participativas están expuestas a halagos y críticas constantemente y saber gestionarlos no es siempre fácil. Reconoce de dónde viene esa crítica y ayuda a reconducirla en lugar de tomártelo personalmente. Cuando alguien te haga una crítica, sonríe y no digas nada más, porque puede que la persona que la haga simplemente esté buscando una reacción tuya. Conserva tu energía para otros temas, porque cuando alguien habla mal de alguien está diciendo la verdad sobre sí mismo. Generalmente, cuando alguien te dirige una crítica y te la tomas a mal es porque de una manera u otra sientes que esa persona tiene razón, porque la crítica es una gran señal para revisar qué nos está pasando y seguir creciendo, así es que no pidas opiniones si no sabes aceptarlas. Tú no eres responsable de lo que hagan los demás, así es que no te sientas culpable por nada y déjalo ir, porque incluso te servirá para aprender. Existe gente negativa y crítica por todas partes. Hay quien se atreve a juzgarte "por tu bien", lo que no quiere decir que tengan razón. Escucha siempre detrás de las palabras, encontrarás mucha información que puede serte útil. Centra tu atención en las cosas que de verdad te nutren y si no quieres que te critiquen no hagas nada, no digas nada, no seas nada; pero no creo que ésa sea la solución.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Consejos para sobrellevar la edad

Sin querer ser pesados con una introducción que podría convertirse con el sermón del señor mayor que tanto aburre, ahí va, a lo práctico, un listado de consejos sacados de aquí y allá, pero sobre todo de nuestra reflexión como recién jubilados, con la firme promesa de seguir llevándolos a la práctica, toda vez que no nos va mal después de casi acabar el primer mes de nuestra futura vida. Evitar estar ociosos. No hacer un drama por el hecho de envejecer. Disfrutar de la madurez, del conocimiento interno y del ambiente que nos rodea, porque la experiencia es un grado. Pensar que cualquier tiempo pasado no siempre tuvo que ser mejor y no asociar la felicidad solamente a la juventud. Pararse a reflexionar sobre lo que se quiere hacer, pero no obsesionarse poniéndose metas. Disfrutar de lo cotidiano y de las pequeñas cosas que pasan alrededor. Recordar que si el "Nunca es tarde" es un concepto válido para todas las edades, ¿por qué no va a serlo en la madurez? Decir a cuantos nos rodean que nos encontramos en el mejor momento de nuestra etapa personal. Ser positivos y, como casi todo en esta vida, tomárselo con humor. No tener sentimiento de culpabilidad por haber dejad atrás la juventud, porque eso le pasa a cualquiera. Pasar más tiempo rodeados de familiares y amigos. Aprender a sentir el amor por el cónyuge de otro modo. Cuidarse de tomar decisiones repentinas y de actuar precipitadamente sin dimensionar las consecuencias. Tomar conciencia de la nueva situación y hacer acopio de los recursos internos y externos con los que se cuenta. Enterrar el pasado para tener el valor de enfrentarse a múltiples nuevas facetas. Leer todos esos libros para los que no tuvimos tiempo. Viajar, para visitar los lugares que siempre quisimos ver o para volver a visitar los que nos gustaron. Empezar a hacer todas esas cosas de la casa que pospusimos. Disfrutar con los pasatiempos. Inscribirse en clases. Hacer trabajo voluntario. Aprender a sobrellevar ese malestar que a veces molesta. Y no olvidar que lo importante es estar jubilado y querer vivir la vida al máximo, por lo que, elijamos lo que elijamos, disfrutémoslo.

martes, 16 de septiembre de 2014

Cómo mejorar las relaciones familiares

Nos decían hace tiempo que la familia era la célula de la sociedad y sin saber muy bien lo que quería decir aquello vivimos en la que nos tocó sin cuestionarnos su importancia. Ha sido con el paso del tiempo y con algo de apertura de miras, aparte de por la observación de la conducta de tanto alumno y por entrevistas a tantos padres y madres cuando hemos ido reconociendo la importancia de la estabilidad familiar en el desarrollo de la persona. Y no queremos con ello asegurar que sólo se puede dar en medio de familias biparentales, por aquello de que han sido las tradicionales y con las que básicamente nos hemos relacionado. El concepto de familia, como el de sociedad, ha ido evolucionando, como lo hemos hecho todos. Hoy nos encontramos con familias tradicionales, con familias necesitadas que delegan la educación de los hijos en los abuelos, con familias monoparentales, con la custodia alternativa de los hijos; con educadores de familia y de calle que cubren necesidades no resueltas y con familias formadas por parejas de gays y lesbianas. El problema, aparte del estigma social que le pueden añadir comentarios callejeros, no estriba en quién funda la familia, sino en la claridad de elementos para educar y en la capacidad de llevarlos a cabo. Por eso, nosotros, que establecimos una, de la que estamos orgullosos después de dedicar años a educar y adaptarnos, plasmamos en este escrito cuantas consideraciones creemos que se deben tener en cuenta para mejorar unas relaciones familiares, aún reconociendo que no siempre las aplicamos y que por eso, a veces, sufrimos las consecuencias; pero es que somos .humanos y como tales imperfectos, aunque, reconociendo nuestros límites, vamos ganando etapas a la vez que disfrutando del pertenecer a la familia que creamos. 01. Comunicaos continuamente 02. Comprometeos a pasar tiempo juntos. 03. Compartid responsabilidades y decisiones. 04. Potenciad los valores familiares expresándolos en voz alta. 05. Respetaos siempre 06. Practicad lo que enseñáis, para dar coherencia a cuanto decís. 07. Discutid abiertamente los problemas, sin ocultaros nada. 08. Conoced vuestros límites en las discusiones acaloradas, para que el acaloramiento no frustre vuestros razonamientos. 09. Mostrad vuestro apoyo siendo positivos, con opciones críticas, pero constructivas. 10. Practicad actividades consistentes como familia integrando siempre a todos. 11. Mostrad afecto dándoos atención y cariño continuamente. 12. Prestad atención a los pequeños detalles, porque en ellos radica la felicidad diaria. 13. Intentad mostraos tal como sois, porque nada tan falso como las apariencias. 14. Disfrutad con los padres a lo largo de vuestra vida. 15. Evitad divulgar los problemas individuales intentando resolver disputas, no ganarlas, huyendo siempre del reproche y la soberbia. 16. Celebrad y divulgad los logros familiares. 17. Buscad la unión cuando surjan eventos importantes, apoyando con vuestra presencia su valor. 18. Poned límites a los hijos desde el principio. 19. Dejad claros derechos y obligaciones. 20. Evitad la sobreprotección 21. Tened iniciativas, inquietudes y buen humor. Y tened en cuenta que los dos pilares básicos en las relaciones familiares son el amor y la comunicación.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Elementos que forjan la amistad

A uno, que siempre fue selectivo en el tema de la "amistad"por creer que el término es la suma de muchos sumandos, observados a través de tantas y tantas vicisitudes que vividas juntas permiten saber quién puede cumplirlas para ser considerado "amigo", algo tan exigente al pedirlo como al darse. Y uno, que fue maestro 41 años, y que como tal, para valorar usaba criterios de evaluación en los que fundarse para ser objetivo, también usó, aunque sin escribirlos, unos elementos referentes para considerar "amigos" a cuantas personas los cumplieran después de un largo proceso de convivencia y sin que nosotros nos quedáramos atrás. Vayan por delante por si alguien, tan escrupuloso como escaso de "amistades" como soy, quisiera considerarlos: Citemos como primero, que no primordial, el "caerse bien" para seguir con el de "tener algo en común". Después vendría el "tratarse" con "desinterés" para continuar convenciéndonos de que "vale la pena", teniendo en cuenta siempre la "flexibilidad" y por supuesto la "comunicación" clara, fluida y sincera. "Tenerse confianza" es un elemento fundamental para seguir con "dar y darse", "ser leales" y "agradecidos", olvidándose de ese "yo" egoísta como "enemigo mortal" de un compartir fundamental. El "compromiso" lleva unida la "reciprocidad", tan necesaria como coadyuvante. Cuando estemos convencidos de la "amistad" deberemos luchar por "mantenerla" e incluso "ampliarla", por aquello de que no debe tener límites. No debemos olvidarnos de que "las amistades cambian" por las circunstancias, lo que no debemos considerar un abandono. No la consideremos hecha y cerrada, sino que habrá de "demostrarse" continuamente, aunque para ello, en tantos casos en la vida, tendremos que adquirir grandes dosis de "paciencia". Como prueba de esa perfección humana a la que tendemos, consideremos un decálogo de elementos que forjan la amistad: igualdad, libertad (respeto), reciprocidad, desinterés, discreción, justicia, complicidad, defensa, comprensión y capacidad para compartir, aunque para cerrar citaré una frase de Ralph Waldo Emerson en la que creo se resume todo: "La única manera de tener un amigo es ser uno mismo".

jueves, 21 de agosto de 2014

Aprendiendo a ser persona

¿Somos personas por el mero hecho de aparentarlo o hay que cumplir una serie de premisas para considerarlo? ¿Qué requisitos debe tener el ser humano para concederle esta categoría? Vayan aquí una serie de instrucciones para que, sin ser pretenciosos toda vez que seguimos intentándolo cada día, las siga quien nos lea, se convenza de que debe seguirlas y tenga la constancia de hacerlo.Por nuestra parte nos conformaríamos con que sea consciente de que debe mejorar. Sé educado. Sé agradecido. Date a los demás. Comparte con quienes te rodean. Ten paciencia. Sé amable con todo el mundo. No confundas bondad con estupidez. Disfruta cada momento de tu vida. Controla tus emociones. Sé feliz, o, al menos, inténtalo. Sé más consciente de ti mismo observando tu propio conocimiento, reflexionando sobre cómo puedes mejorarlo y haciendo los cambios necesarios. Establece metas para ti mismo. Busca un modelo a seguir. Aprende a quererte a ti mismo. Controla los celos y la ira. Practica la empatía. Demuéstrale a las personas que las quieres. Explora tus talentos. Haz lo que te gusta. Practica el autocontrol. Ten curiosidad por cuanto te rodea. No te aísles. Termina cuanto empiezas. Toma decisiones. Busca el equilibrio en tu vida. No te compares con los demás. No dejes nunca de aprender. Aprecia cuanto tienes. No prejuzgues, escucha primero. Deja de vivir de acuerdo a las expectativas de los demás. Porque los diez mandamientos para ser persona, según Alain de Botton, son los siguientes: 1º. Resiliencia: Seguir adelante cuando no vemos salida aceptando que las decepciones y reveses forman parte de cualquier vida humana, sin asustar a otros con nuestros miedos. 2º. Empatía: La capacidad de conectar con las experiencias de otra persona, con el coraje suficiente para ponerse en el lugar del otro y mirarse a sí mismo. 3º. Paciencia: Para aceptar que las cosas no siempre son como queremos. 4º. Sacrificio: Olvidándonos de nuestros intereses personales y sacrificándonos por otra persona o por una causa. 5º. Buenos modales: Reglas necesarias para cualquier civilización, unidas e íntimamente asociadas a la tolerancia, la capacidad de vivir junto a personas con las que nunca estaremos de acuerdo. 6º. Sentido del humor. 7º. Conciencia de uno mismo, sin hacer responsables a los demás de nuestros problemas o cambios de humor. 8º. Perdón. 9º. Esperanza, superando un pesimismo que no es necesariamente un signo de inteligencia y profundidad intelectual ni un optimismo reflejo de necedad. 10º. Confianza, porque a veces no alcanzamos nuestros sueños por el simple hecho de que no nos atrevemos a intentarlo. La confianza no es arrogancia, sino la conciencia de que nuestras vidas son cortas y de que tenemos muy poco que perder cuando nos arriesgamos a luchar por lo que queremos.

viernes, 8 de agosto de 2014

Misión del individuo

Partamos de la premisa de que hay que olvidarse del individuo como eje central de la organización humana. Dejemos para la historia aquel ser fuerte que dominaba a otros por la fuerza bruta y el temor de otros le convertía en jefe, no por convicción, sino por la imposición del miedo y tengamos en cuenta la misión del individuo, que evidentemente tiene que estar preparado para ser parte integrante de la sociedad democrática, elemento característico del mundo actual que debe mejorar nuestro presente diseñando el futuro. Sin que se anule el valor personal, sino, todo lo contrario, integrando al individuo en un grupo, diseñemos, por partes, las características de la sociedad para la que hay que prepararle: PLURALISMO, lejos de sociedades monolíticas, con una sola raza, lengua o credo, con lugares donde las fronteras tiendan a desaparecer y la sociedad sea variopinta, cargada de TOLERANCIA para aceptar al otro, por diferente que sea, donde aclaremos nuestras diferencias por medio del diálogo, en el que rechacemos lo mío y lo tuyo integrándolos en lo nuestro, dentro de una población, provincia, estado o continente; con ciudadanos de un planeta compuesto por seres humanos en una búsqueda permanente de una paz estable, con amplitud de miras. También será necesaria la SOLIDARIDAD, entroncada en la tolerancia, aceptando que todo nos afecta si somos ciudadanos del mundo; con un rechazo del individualismo mezquino en el que sólo me afecta aquello que repercute en mi interés; con hechos que empequeñecen al individuo y le limitan. Con los foros de comunicación actuales no podemos limitarnos a situaciones locales, porque el mundo debe ser nuestra patria y todos los seres humanos nuestros compatriotas. Cualquier hecho relacionado con ellos y lo que nos rodea debe ser motivo de nuestra solidaridad y esto nos lleva a mantener un PAPEL ACTIVO que nos conduzca a una militancia comprometida en mejorar permanente, desde el aprendizaje de las primeras técnicas instrumentales en la escuela a pensar, criticando constructivamente los hechos que nos inculcan. Esto nos debe conducir a una preparación continua, no sólo de forma receptiva, sino argumentando a favor y en contra de cuanto llegue ante nosotros. Esta debe ser la constante en nuestro futuro profesional y, sobre todo, personal.

lunes, 4 de agosto de 2014

Sobre la preparación del hombre

Hablemos de situar al ser humano dentro de una sociedad democrática, plural, tolerante y solidaria en la que toma un papel activo basado en una militancia comprometida. Decimos que está inmerso en un orden que le incluye en relación con la naturaleza que le rodea y con los demás, pero nada de esto es posible si no recabamos en el individuo, apreciamos sus características y potenciamos sus valores. Forjando cada eslabón construiremos la cadena humana que amarre el buen sentido, una a todos y los considere elementos básicos de un ente universal llamado sociedad, con vitalidad y energía para abarcarlo todo y con la delicadeza suficiente como para no dañar lo que hay a su alrededor mientras se agita ni para producir roces con la energía diaria desplegada. En este sentido consideramos al hombre como ser superior, que dispone de un lenguaje para expresarse y de un intelecto para escuchar y aprender dentro de un diálogo permanente por medio de unas pautas que le conduzcan a unos acuerdos, con una moral determinada y una formación específica como para estar abierto a cambios de cualquier tipo. Esto lo consigue por medio del trabajo, característica específica del hombre, que le diferencia de otros seres, ya que sólo él tiene la capacidad de actuar y obrar conscientemente gracias a su facultad de elegir y determinar las finalidades y consecuencias de sus actos. De este modo decimos que cuando el hombre se da cuenta de lo que hace, este hecho toma un valor al hacerlo propio y, en ese momento, al obrar según su tendencia, está obrando "humanamente"; de ahí que definamos la acción humana como aquella que de forma consciente y voluntaria se realiza con la intención de alcanzar un fin. El trabajo es acción humana que el hombre realiza gracias a su facultad de elegir. Al ser amplias las opciones y tenerse que formar para obtener una capacidad responsable de saber qué es lo que quiere y ser consecuente con esa elección, se convierte en un ser libre. La libertad, entendida como el poder de definir y dominar los propios actos y la capacidad de proponerse tareas y realizarlas, nos conduce a aceptarla como un acto libre en el que entran en juego dos capacidades humanas: la inteligencia y la voluntad, de tal modo que cuanto más aumentan estas capacidades proporcionalmente nos convertimos más en seres humanos. Por tanto, si es un proceso progresivo, el hombre necesita un periodo de formación continuo, porque no nacemos libres, sino que nos hacemos libres si desde nuestro ambiente familiar y en un futuro proceso de formación continua vivimos o se nos ofertan distintas alternativas sobre las que analizando sus consecuencias deliberamos y posteriormente nos decidimos por una. Cuando hemos sido capaces de tomar una opción libre y voluntariamente y somos conscientes de sus resultados es cuando podemos considerarnos libres. Tenemos que ser conscientes de que no somos seres absolutos y por lo tanto nuestras capacidades tienen ciertos límites que condicionan la libertad, como los físicos, psicológicos y sociales. Esto quiere decir que cada individuo debe desarrollar su libertad en relación a su contexto y además tener en cuenta que el hecho de ser libre para intentar esto o lo otro no significa necesariamente que lo vaya a lograr. También supone una renuncia si en una opción determinada escogemos esto o rechazamos aquello sobrepesando un valor determinado. Por otra parte, nos debemos considerar responsables de nuestros actos y responder, por tanto, de ellos ante los demás en la medida que estos les afecten. Los conceptos de libertad y responsabilidad son inseparables. Libertad, finalmente, es la negación de la espontaneidad al convertirse en el dominio de la razón y de la voluntad. A lo largo de su historia el hombre ha ido alcanzando ciertas cotas de libertad, pero nunca mayoritariamente ni en el sentido reflejado anteriormente. Los avances tecnológicos, puestos en manos del poder ilimitado que caracteriza al ser humano, nos han hecho avanzar en los últimos años más que en siglos de revueltas y conquistas por esa lucha por el poder que nunca tuvo en cuenta la libertad del individuo. Fue precisamente tras un luctuoso hecho de abuso de poder como la Segunda Guerra Mundial cuando el hombre empieza a darse cuenta de las dimensiones trágicas que este poder, mal llevado, puede traer a la humanidad tras los detenidos, deportados y asesinados por raza, credo o idea y las consecuencias que trajo. En la lucha por la consecución de los derechos humanos se debate el hombre en su presente. Ahora los tenemos definidos, están reconocidos teóricamente por la mayoría de los mandatarios; disponen de foro donde poder ser denunciadas sus violaciones. En el transfondo siempre quedarán las limitaciones humanas, como deseos de poder, falta de preparación, injusticias sociales..., que son injusticias humanas, manchas en la piel de un planeta que dominado por el hombre será imperfecto como él y que sólo con las reflexiones anteriormente citadas sobre la preparación del hombre, primero consigo mismo y luego con los demás, contribuirán a que de forma progresiva evitemos las contradicciones actuales.

martes, 29 de julio de 2014

Sugerencias educativas

Permitidme que el siguiente artículo vaya relacionado con la escuela, pero es que acabo de salir de ella y sus recuerdos permanecen aún en mi memoria. Por eso, y porque su contenido se ajusta al título e intención del blog, el de ideas veteranas, voy a atreverme a dar unas sugerencias. De entre las sugerencias que daba en la escuela a las familias para que las siguieran con sus hijos siempre destacaba una sobre las demás: que no estuvieran mucho tiempo sin hacer nada al creer, por experiencia personal y profesional, que el exceso de ocio es la base para hacer vagos, al aletargar el mayor potencial del niño como es la actividad. No hace falta que esa actividad esté relacionada con lo escolar porque entonces, lejos del objetivo erróneo pretendido por las familias de mayor formación, se conseguirá el contrario, un odio exacerbado a toda actividad relacionada con la cultura y las ganas de aprender por convicción, base fundamental y pretendida evidencia de todo colegio que se precie. Desde la más tierna infancia hay que buscar tiempo, alejado de prisas, para estar con los hijos, para jugar con ellos, para hablar mirándoles a la cara, escuchando cuanto dicen. No estaría mal aprovechar las salidas para satisfacer su curiosidad respondiendo a cuanto pregunten o estimular su interés por cuanto nos rodea. Los programas de televisión, al menos en una fase inicial, deberíamos seleccionarlos y verlos con ellos, para a la vez hacerles críticos de cuanto ven y oyen. Es importante también el coleccionismo, en el que también los padres deben inmiscuirse escribiendo una lista de lo que les falta y yendo con ellos los domingos a las plazas de nuestras ciudades donde compartirlos con otros, aunque algo les corresponda a ellos en el colegio. Jugar toda la familia unida les proporciona, sin ser conscientes, seguridad emocional al ver a sus seres queridos en algo común que si además es lúdico, y por tanto agradable, les proporciona un placer inmenso. Es bueno que cuenten cuanto les ha pasado, para abrirse, confiarse y aconsejarles. Tomarles las lecciones, con resultar pesado a veces, nos dará idea de cuanto van aprendiendo y cómo; lo mismo que dormirles en sus primeros años contándoles un cuento. Pedir su opinión en ciertas decisiones para comprobar sus estrategias y razonamientos no está reñido con la firmeza de la autoridad que debemos dejar clara siempre, porque un niño no debe mandar si le consideramos un ser en formación. Aspecto a tener en cuenta siempre es su comportamiento fuera de nuestro entorno, motivo por el que hay que tener contacto periódico con el colegio sin esperar a ser llamados, así como conocer a cuantos compañeros trate, bien preguntándoles, observándoles con ellos en una fiesta de cumpleaños o en una invitación a casa. Debemos de tener en cuenta que nuestra labor de padres y educadores será fundamental para esa futura persona, hijo o alumno, que estoy seguro todos deseamos formar.

Ideas veteranas

Dicen que cuando se cierra una puerta siempre hay una ventana que se abre. Es esta una buena metáfora para este nuevo blog, ventana que abro tras haber cerrado la puerta del colegio el pasado 30 de junio tras casi 41 años entrando y saliendo. Con la experiencia acumulada y la vista puesta ahora en el mundo, con más tiempo y sin ser monotemático, me dispongo a plasmar mis pensamientos, dudas, reflexiones y hasta ideas, por si alguien que apareciera por aquí de forma casuística quisiera leerlas, seguirlas o rebatirlas, cosa que me encantaría, consciente de que es en el debate donde las ideas se contrastan y nos hacen pisar ese suelo en el que vivimos y del que a veces, sin darnos cuenta, parecemos levitar. Naturalmente, algunos escritos estarán relacionados con la escuela, no en balde hemos pasado muchos años en la enseñanza y el poso de los recuerdos tardará en diluirse, pero pese a que las necesidades familiares requerirán mi presencia, estoy seguro de que, como el día seguirá teniendo 24 horas, siempre habrá tiempo para reflejar cuanto nos sugiera lo que leamos, escuchemos, pensemos o comentemos. ¡En ello estaremos y a ello nos dedicaremos!