miércoles, 4 de noviembre de 2015

El control informático

Ahora que con mayor asiduidad uso las redes sociales hasta hacerse imprescindibles en mis relaciones familiares y con conocidos y creyendo conveniente interesarme por los inconvenientes que conlleva, toda vez que de las ventajas soy consciente, me acerqué al aula de El Correo el pasado lunes a escuchar una conferencias sobre el tema a cargo de Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña que por su interés relato en este nuevo artículo de un veterano como yo. Hasta ahora cuatro elementos regían las leyes del mundo: aire, mar, tierra y espacio. Recientemente se ha añadido el de la cibernética, con Internet como protagonista. Los países más avanzados son quienes más lo usan y por este mismo motivo son los más vulnerables. El asunto empezó en 1967, cuando siendo presidente de EEUU Lindon B. Johnson se crearon las antenas de seguimiento espacial. A raíz de aquí Daniel Ellesberg, un economista, soldado en la guerra de Vietnam, volvió con información confidencial a la que tenía acceso y sacó a la luz pública la conclusión de que no se ganaría la guerra y que habría muchos muertos. Fue entonces cuando el FBI le persigue y desacredita en el caso llamado “Los papeles del Pentágono”. A partir de ahí se desata una carrera de espionaje cibernético que continuó creándose la NSA, National Security Agency, que persigue a más de 1.600 personas, a las que espía como aquel Gran Hermano de Orwell en su obra 1984. Brad Manning filtra a Julian Assange información de la guerra de Irak, dando lugar al caso Wiki Leaks, por lo que se le acusa de violador y acaba enclaustrado en la embajada de Ecuador en Londres. Edward Snowder se fuga con documentos sensibles del ejército norteamericano en los que denuncia la vigilancia de los EEUU a cientos de personalidades, que filtra al periódico The Guardian. José Ignacio López de Arriortua, Superlópez, siendo director de General Motors, propuso a la compañía un proyecto para montar una factoría en Amorebieta que al no concedérsele le conmina, entre otros temas, a marcharse con información confidencial a Wolkswagen. Curiosamente tuvo un accidente en la A1 y se supo que había sido una de las 2.000 personas que habían sufrido grabación preventiva según el proyecto Epsilon norteamericano. La empresa Telvent, de Alcobendas, sufrió espionaje del ejército popular chino desde una furgoneta aparcada en los aledaños, lo mismo que habían hecho en Canadá y EEUU. Hace dos años cambiaron todas las tarjetas de crédito bancario para implantarlas un chip antirrobo. Las guerras comerciales sufren constantemente el espionaje cibernético. Boeing, en competencia con Airbus, pugnaba por hacerse con un proyecto en Arabia Saudí por un importe de 6.000 millones de euros. Una agencia norteamericana espió las condiciones y se las facilitó a Boeing, que ganó la oferta. Hace 20 años, el hacker que descubría un agujero de seguridad en cualquier lo comunicaba a la empresa; hoy se lo ofrece al mejor postor. Conocido esto, Google ofreció 60.000 euros a la empresa que detectara fallos en su sistema. Los franceses los vieron, pero no los cobraron conscientes de que conseguirían no menos de 400.000. En España es conocido el programa Galileo, del CNI, para incriminar a terceros contaminando sus ordenadores con software malicioso. Esto, que se ha venido haciendo hasta ahora, será legal para los cuerpos de seguridad del Estado a partir del 1 de diciembre. Un ucraniano y un sueco fundaron Novatia Marketing, una empresa que, ubicada en Ucrania, usaba un Sistem Defender con el que al llegar a una página determinada se ponía amarilla la imagen, saltaba una alarma y se inutilizaba el ordenador si no se pagaban 49 euros. Y es que según la Deep Web la parte sumergida de la información de Internet es cinco veces la que conocemos y a la que accedemos. Surgen defensores morales de Internet, como la organización Anonymous, que ataca a quienes creen que hacen daño. No tienen cúpula y se comunican siempre a través de Internet. En 2015 más de 20.000 europeos se unieron a Isis captados desde las redes sociales. Anna Erelle, periodista, contactó con un dirigente de Isis para escribir un artículo. Este personaje la invitó a pertenecer al grupo y desde que se negó recibió amenazas de muerte que la han obligado a cambiar de nombre, lugar e imagen. Internet se usa para venta de antigüedades y para la ciberguerra. Todos los países se vigilan. EEUU utiliza 60.000 personas, China 100.000 y España 8.000. EEUU e Israel, por medio del Stuxnet, un virus informático, hicieron volar una central nuclear en Irán. Babar fue otro virus informático francés que vigilaba a ministros de Zapatero para saber su política. Sustos con drones han tenido Obama y Merkel. El 20% de los soldados serán sustituidos por robots programados antes del 2020. Son temas que asustan tanto como el saber que tirando un USB desde un avión se puede hacer más daño que con una bomba. Y nosotros no nos quedamos atrás cuando sabemos que el virus Careto, del CNI, robaba información y la mandaba cada vez a un sitio distinto. Cuando fue descubierto se autodestruyó sin dejar rastro. Y se sabe la nacionalidad porque parte del código fuente estaba escrito en un mal inglés y con la expresión “Me cago en la mar”. Lo peor es que todos estamos controlados y, con la hiperconectividad que tenemos, lo contamos todo y nos controlan todo. Para hacernos una idea de la evolución llevada a cabo en este sector, sabemos que la potencia de un móvil de hoy es mayor que la del navegador de a bordo del cohete que fue a la luna en 1969. Se pueden fabricar virus contra personas, marcapasos, coches y aviones controlados. Hay mapas de calor, con prepol, que indican la posibilidad matemática de dónde puede haber robos y asesinatos que, usándolos, la policía de Pensilvania ha bajado la delincuencia en un 30%. Los móviles antiguos, en cambio, al carecer de Internet, no pueden ser controlados porque carecen de los terminales que dan nuestra localización. Y es que los conceptos de seguridad y privacidad han cambiado, pero ¿quién se niega a usar un móvil? ¿Quién a no instalar en su casa el contador inteligente? A disponer del coche más moderno, el viaje en avión o los electrodomésticos de vanguardia. Y es que, como siempre, todo radica en la moderación, la prudencia y la discreción y eso lo proporciona la educación, en su doble vertiente de formación e instrucción.

viernes, 30 de octubre de 2015

Sobre el miedo

Incluso las personas más valientes tienen miedos que deben superar. ¿Le temes a algo tangible, como a las arañas o a las alturas? Quizás le temes al fracaso, al cambio o a algo que es más difícil de precisar. Sin importar qué es lo que te atemoriza, aprende a aceptarlo, a afrontarlo y a tomar el control de tu miedo para evitar que te reprima a lo largo de tu vida. Analiza tu miedo: Comienza por admitirlo. Es fácil ignorar o negar nuestros miedos, incluso a nosotros mismos, en una sociedad que enfatiza la importancia de ser fuerte y valiente. Sin embargo, el valor no puede entrar en juego a menos que tengas un miedo al que hacerle frente. Al reconocer tus sentimientos has dado el primer paso para obtener el control de la situación. En ocasiones, el miedo se da a conocer de inmediato y con claridad mientras que en otras es más difícil determinar la causa de esos sentimientos de ansiedad que acechan en el fondo de tu mente. Deja que tu miedo salga a la superficie y dale un nombre. Escríbelo: Escribir tu miedo es una manera de admitir oficialmente que tienes un problema que quieres superar. Llevar un diario es una buena forma de registrar tu progreso a medida que te esfuerzas por conquistar tu miedo. Puede servir como una guía para la próxima vez que tengas un problema que necesites solucionar. Puedes superar el miedo al hacerle frente cada vez que se interponga en tu camino y, una vez que hayas tomado una decisión, tus miedos desaparecerán. Define su forma: Abordar tu miedo como algo que tiene un inicio y un final puede ayudarte a ver que tienes el poder para contenerlo. Si puedes ver claramente la forma de tu miedo, podrás reconocerlo cuando te afecte y manejarlo de manera más eficaz. Responde las siguientes preguntas para entender mejor tu miedo. ¿Cuál es la historia de tu miedo? ¿Comenzó con una experiencia negativa? ¿Está relacionado a factores que afectaron el entorno de tu niñez? Desde hace cuánto tiempo te ha afectado? ¿Qué origina tu miedo? ¿Es algo obvio, como la señal de una serpiente sobre un camino? Quizás pasar por la puerta de la oficina de tu orientador profesional hace que tu mente caiga en una espiral descendente desde que caminas por el pasillo de la escuela. Descubre todo lo que desencadena tu miedo para que puedas determinar qué tan lejos se extiende. ¿Cómo te afecta tu miedo? ¿Hace que te quedes en la cama en lugar de levantarte e ir a una clase en la cual tienes miedo de fracasar? ¿Evitas visitar a tu familiar en otra ciudad porque no quieres subirte a un avión? Averigua exactamente qué influencia tiene tu miedo sobre tu mente y tu comportamiento. ¿La fuente de tu miedo es algo peligroso? El miedo puede ser una emoción sana que nos protege de los daños al hacernos evitar las cosas que son peligrosas. Determina si tienes una buena razón para tener miedo o si este es irracional o represor. Por ejemplo, si tienes miedo de subirte a esa montaña rusa totalmente extrema en el parque temático aun cuando todos tus amigos lo hacen, es posible que dicho miedo te inhiba. Si estás sano y tienes la edad correcta, puedes subirte a ella sin preocuparte por salir herido. Imagina el resultado deseado. Ahora que entiendes completamente tu miedo, piensa en qué quieres cambiar exactamente. Ya has fijado tu gran meta (quieres superar tu miedo), pero es importante fijarte metas concretas más pequeñas para ayudarte a llegar hasta allá. Por ejemplo: Si tienes miedo al compromiso, tu primera meta concreta podría ser salir con alguien durante más de un mes. Si tienes miedo a las alturas, quizás puedas fijarte como meta ir a un viaje de excursión con el club de actividades al aire libre de tu escuela. Si tu miedo es ir a la universidad, podrías comenzar por fijarte una meta de postular a tres escuelas. Si tienes miedo a las arañas, quizás quieras ser capaz de controlarte la próxima vez que veas a una en un baño. Controla tu miedo: Realiza una desensibilización gradual. A menudo, tenemos miedo de algo porque no hemos estado expuestos a eso el tiempo suficiente. Por lo general, la frase “el miedo a lo desconocido” se usa para describir la aversión automática que las personas sienten ante algo que es distinto. Si le temes a algo porque es un misterio, intenta exponerte a eso en dosis pequeñas hasta que puedas comprenderlo mejor y tu miedo comience a disiparse. Si le temes a las arañas, comienza por ver un dibujo mal hecho de una pintada con colores tontos. Cuando puedas ver esa caricatura y controlar tu reacción, comienza a ver fotos de arañas reales. Luego trata de barrer a las arañas muertas. A medida que ganes confianza mientras pasas por cada fase probándote a ti mismo que puedes controlar tu fobia, esta irá disminuyendo hasta que ya no sientas más que una punzada solo ante a las circunstancias más extremas. Si le temes a algo menos concreto, como al cambio, comienza por modificar un poco tu rutina diaria. Sal a correr en la mañana cada dos días o toma el autobús en lugar de manejar hasta el trabajo. Comenzarás a ver que eres capaz de manejar lo que la vida te dé y la confianza que desarrollarás te ayudará a lidiar con cambios mayores en tu vida. Considera la posibilidad de tener un afrontamiento directo. A veces, afrontar los miedos cara a cara es la mejor forma de superarlos. Esto es particularmente útil si hay una persona o situación en especial a la que le tienes miedo. Enfrentar la fuente de tus miedos puede permitirte ver que has enriquecido sus rasgos más temibles en tu mente y que en realidad no hay nada que temer. Imagina el peor escenario posible. ¿Qué es lo peor que podría pasar si saltases de lo más alto de la piscina o si hicieses una cita con un contador para analizar tus finanzas? Si sabes que vas a salir con vida por el otro lado y a estar orgulloso de tus logros, entonces adelante. Prepárate para lidiar con el fracaso: Afrontar un miedo es difícil y no siempre te conduce a una conclusión triunfante y disipación inmediata de dicho miedo. Probablemente tengas que afrontar tu miedo muchas veces antes de declararlo como conquistado. No permitas que el impulso disminuya: Se requiere una cierta cantidad de impulso para lidiar con el miedo. Cuando afrontas los contratiempos, puede ser tentador decidir rendirte. Mantente decidido a perseverar aun cuando superar tu miedo parezca imposible al tener estos consejos en mente: No confundas el miedo con el destino: Si le temes al fracaso, podrías decidir que tu destino es no comenzar con ese negocio de catering que siempre quisiste, mudarte de tu ciudad natal o superar el miedo a una interacción social. La verdad es que tú tienes el control de tu futuro. Tienes el poder para determinar el camino que tomarás. Resiste la tentación de esperar que las cosas salgan lo mejor posible y dejárselo al destino. No permitas que otras personas te repriman: Date cuenta de cuando alguien alimenta tus miedos al decirte que no eres adecuado o capaz de cambiar. Rodéate de gente que quiera que superes tus miedos y que logres tu potencial Sé valiente. Hay magia en la valentía. Sé valiente de una manera buena y moral. Significa que hagas lo que necesites hacer y lo que pienses que es moralmente correcto. Probablemente esto va mejor de la mano con la conquista de la ansiedad social. De seguro apreciarás la magia que la valentía traerá definitivamente a tu vida. Cambia tu forma de pensar en relación con el miedo Haz de tu miedo una fuente de fascinación: Las mismas cosas a las que les tememos también incitan sentimientos de euforia e incluso de pasión. Esa es la razón por la que las personas disfrutan de los deportes extremos, de las películas de terror y de nadar con tiburones durante las vacaciones. Intenta reformular tu miedo de una manera positiva y reconoce la emoción que puede ofrecerte. Cuando comiences a ver al miedo como una fuente de energía, podrías aceptar su papel en tu vida. Aprende lo más que puedas acerca de la fuente de tu miedo. ¿Por qué tiene tanto poder? ¿Qué te puede enseñar? Trata de afrontar tu miedo con esta perspectiva nueva en mente. ¿Se siente diferente? A algunas personas les gusta vivir al filo de su miedo y euforia. Comienza a ver al miedo como una oportunidad. Podemos usar al miedo como una herramienta para ayudarnos a identificar los problemas y solucionarlos con eficacia. Es un indicador, una bandera roja que nos advierte cada vez que debemos prestarle atención a algo. Una vez que el malestar inicial del miedo pase, examínalo con mayor detenimiento para ver lo que puedes aprender. Cuando le temes a algo desconocido, tómalo como una señal de que necesitas llegar a conocerlo mejor (ya sea una persona o situación). Si sientes un destello de miedo por un plazo o evento próximo a llegar, conviértelo en una oportunidad para elaborar un plan de acción que te ayude a estar completamente preparado, ya sea que signifique comenzar a escribir un artículo, ensayar para una obra de teatro o practicar un discurso. Si le temes al agua, piensa en las posibilidades que se te abrirán una vez que superes el miedo. Permite que el pensamiento de nadar y pasear en bote con tus amigos te motive para aprovechar esta oportunidad y enriquecer tu vida. Dale al miedo un lugar en tu vida Permítete tener miedo algunas veces. No hay forma de eliminar por completo el miedo de tu vida. Es una emoción tan válida como la alegría o la tristeza. El miedo forma el carácter y nos enseña a actuar con valentía. Si tienes muchos miedos, no seas duro contigo mismo. El miedo es una respuesta natural a las situaciones que están fuera de nuestro control y sentirlo significa que eres humano. No te exijas demasiado. Si tienes demasiado miedo de algo que puedes a menudo puedes evitar, como las tarántulas, es posible que no necesites obligarte a superarlo. Es importante tratar de superar los miedos que limitan tu vida, pero no te estreses con aquellos que no tienen un efecto real sobre ti. Celebra tus victorias. No esperes hasta haber superado completamente tu miedo para felicitarte por tu esfuerzo. Celebra cada progreso, ya sea que le hayas contado una historia a un grupo de personas en una fiesta, que hayas visto a una araña y te hayas dado cuenta de que no querías correr o que tú mismo hayas decidido hacer un viaje a una ciudad diferente por primera vez. Cuando veas lo bien que se siente obtener una ventaja sobre tu miedo, estarás listo para subir el próximo escalón.

martes, 29 de septiembre de 2015

Cómo desarrollar el atruismo

Ayudar a los demás sin esperar recibir nada a cambio aporta muchos más beneficios de lo que creemos. Para empezar, ser altruista mejora nuestra confianza, nuestra felicidad y nuestro optimismo. Esto sucede porque los actos generosos pueden generar una cadena de acciones similares y contribuir a una sociedad más positiva. Además, promueve cambios fisiológicos en el cerebro que nos conducen a ser más felices: esto es, al ayudar a otros también estamos activando nuestro cuerpo a nivel físico, por lo que nos ayuda a olvidarnos de nuestros problemas y a tener una autoestima más alta gracias a estas actividades que implican una relación con los demás. Esto último también conlleva una mejor integración social y una inmejorable ayuda contra la soledad y el aislamiento. Tener conocimiento de que hay personas que se encuentran en situaciones mucho peores que las nuestras nos hace tomar perspectiva de la vida y verla con más optimismo, lo que de nuevo redunda en nuestra felicidad. Los beneficios físicos de un comportamiento altruista pasan por la disminución de los sentimientos y sensaciones negativas como la ira o la agresividad, así como la reducción del estrés y por tanto, también fortalecemos nuestro sistema inmune consiguiendo que vivamos más. El altruismo implica realizar algo en beneficio de otra persona sin obtener nada a cambio, incluso si conlleva un riesgo para nosotros. Aunque muchos piensan que el ser humano tiende a ser egoísta, las investigaciones muestran que la mayoría de las personas prefieren cooperar antes que competir o enfrentarse a los demás y que incluso los niños de muy pocos años pueden tender a ayudar a los demás como consecuencia de una preocupación real por el bienestar de la otra persona. Al fin y al cabo, la cooperación y ayuda mutua favorece la supervivencia de nuestra especie. Investigaciones realizadas por neurocientíficos han mostrado que el comportamiento altruista hace que se activen áreas del cerebro relacionadas con el placer y la recompensa. Es decir, se trata de un comportamiento gratificante en sí mismo. Esto no significa que no seamos también egoístas. De hecho, tenemos tendencia a actuar tanto de modo egoísta como altruista. En realidad son dos caras de la misma moneda, ya que un egoísmo sano también es necesario y beneficioso, pero si nos dejamos llevar en exceso por el comportamiento egoísta puede venir bien empezar a proponernos un cambio. Estas son algunas sugerencias con las que podemos estimular nuestra tendencia altruista e impedir que se acabe “oxidando” con los golpes y dificultades de la vida. 1. Siéntete parte de la humanidad. El hecho de sentirnos conectados al resto de las personas nos hace ser más altruistas. Piensa en ti como un miembro de este inmenso grupo llamado especie humana y ten presentes en tu mente expresiones como “unidad”, “objetivos comunes”, “esfuerzo conjunto” y otras expresiones que te recuerden la unidad universal de todas las personas. 2. Trata a los demás como individuos, no como parte de un colectivo. Si ves a los demás como parte de un colectivo o te dejas llevar por estereotipos tendrás menos probabilidades de ser altruista. Es preferible ver a los otros como individuos independientes, con su propio modo de ser, pensar y comportarse. Del mismo modo, para conseguir ayuda de los demás, implícalos personalmente. Por ejemplo, en vez de pedir ayuda a nivel general a una muchedumbre, dirígete a una persona concreta para pedirle que te ayude. 3. Considera a todo los seres humanos como “los tuyos”. Piensa que todas las personas pertenecen a “tu grupo” porque todos sois seres humanos en vez de pensar que los tuyos son sólo los de tu propia comunidad, raza o nivel cultural. Si te resulta difícil, trata de buscar alguna similitud con ellos, aunque sólo sea porque os gusta el mismo cantante o deporte. 4. Siente agradecimiento. Las personas agradecidas son más generosas, posiblemente porque son más conscientes de lo que reciben y les gusta dar algo a cambio. A lo largo del día pueden pasarte cosas buenas, aunque sean pequeñas; siéntete agradecido por ellas en vez de ignorarlas o darlas por sentado como si tuviera que ser así. Esta actitud te ayudará también a sentirte más alegre a nivel general porque reconoces las cosas que te da la vida, por pequeñas que sean. 5. Genera sentimientos positivos. Las personas felices, que animan a otras personas y les hacen sentir bien, hacen que los demás sean más altruistas y son más altruistas ellas también. En general, los sentimientos positivos te conducen a sentirte bien y eso te hace más generoso y altruista. Por lo general, todos experimentamos sentimientos de amabilidad, generosidad, felicidad y serenidad; pero a menudo estos sentimientos duran poco y son sustituidos por otros más negativos como la ira, envidia, ansiedad o frustración. Por tanto, es importante aprender a cultivar este tipo de sentimientos y pensamientos positivos, traerlos a nuestra mente con frecuencia y hacer que se queden con nosotros el mayor tiempo posible. Conforme repitas esto a lo largo del tiempo, irás haciendo crecer las áreas de tu cerebro relacionadas con la generación de este tipo de emociones positivas y las experimentarás con más frecuencia de un modo natural, según han mostrados las investigaciones realizadas por los neurocientíficos. Para practicar puedes, por ejemplo, imaginar a alguien a quien quieras (o un bebé o cachorro que te inspire cariño) y experimentar sentimientos positivos de amor, compasión, altruismo, amabilidad, etc. Una vez que hayas generado estos sentimientos haz que toda tu mente se llene de ellos y mantenlos presentes en tu mente. 6. Cuidado con la sensación de superioridad. Cuando las personas se sienten superiores a los demás se vuelven menos altruistas. Tal vez este es el motivo por el que las personas más ricas entregan un porcentaje más bajo de sus ingresos para ayudar a otros. Si eres consciente de que esto puede pasarte, te será más fácil controlarlo.

domingo, 31 de mayo de 2015

Gracias, mamá

• Gracias mamá, por ese día en que me enseñaste a dar el primer paso, porque me diste la seguridad de tus brazos, que me sostuvieron siempre para que no me cayera. • Gracias mamá, porque junto a ti aprendí el significado de la palabra más hermosa: AMOR. • Gracias mamá, por pasar noches enteras velando por mí cuando estaba enfermo. • Gracias mamá, por compartir todas mis alegrías y por ayudarme en mis tristezas. • Gracias mamá, por escucharme, aconsejarme, por luchar por mí, por darme tu hermoso hombro para que pudiera llorar en él, y compartir tus lágrimas para luego sonreír porque juntos habíamos encontrado la solución. • Gracias mamá, porque hiciste cumplir mi mayor deseo y quizás el sueño de mi vida, porque te esforzaste días y noches enteras por hacer lo mejor para que yo pueda ser feliz • Eres la persona capaz de dar todo sin recibir nada. De querer con todo tu corazón sin esperar nada a cambio. • De invertir todo en un proyecto sin medir la rentabilidad que le aportes a tu inversión. • Una madre sigue teniendo confianza en sus hijos cuando todos los demás lo han perdido. Gracias por todo lo bueno que hiciste por mí. • Me he dado cuenta de que tus pasos son cansados, pero llenos de sabiduría, tus manos alegres tocadoras del alma y sé que todo cuanto haces es bello. • Tu sed no es de agua, sino de amor. • Tu hambre es contenida con una sonrisa, tú, sólo tú, eres capaz de elevar mi seguridad al cielo. • Cómo explicarte, madre, cuanto eres, y todo lo que siento por ti; cómo explicarte que se me quedan cortas las palabras para decirte cuánto te quiero y cómo explicarte que para mí eres nada más y nada menos que mi madre. • Quiero que sepas por qué hasta hoy, desde que nací, soy feliz; porque desde que me acogiste en tu vientre sigues preocupándote por mí. • Porque soy parte de ti y tú eres parte de mí. Porque tu amor por mí fue más grande que el sufrimiento que te supuso. Porque tu ternura pudo más que la amargura. Porque tú supiste siempre amar con sentimiento. • Quiero también que sepas que si un día alguien me preguntase si alguna vez fui feliz y añade a su pregunta ¿cómo?, diría que con cada beso, con cada sonrisa, hasta con cada regañina que tú hasta este preciso instante me has brindado. Soy feliz, aún cuando sé que la vida nunca es eterna y que no estarás junto a mí la vida entera. Aún cuando la ausencia traiga melancolía a mi corazón, tú siempre llenarás el vacío que pueda tener en mi alma. • Eres grande, magnifica, especial e inigualable, mamá. • Grande, porque haces de mis errores tu comprensión. Magnifica, porque tú haces de mi tristeza una alegría. Especial, porque sé que tu mano estará siempre ahí para acogerme. • Inigualable, porque aún en esta etapa de mi vida me enseñas a vivir sin temer al fracaso, a ser feliz después de una tristeza, a levantarme de una caída. • Últimamente he estado recordando todos y cada uno de los momentos felices de mi infancia, de bebé no recuerdo mucho, pero me puedo imaginar que desde antes de que naciera ya me querías. • ¡Qué rápido pasa el tiempo!: mi dentadura cambió, mi pensamiento cada día progresa más, mi corazón cada vez comparte más amor, y cuantos más días pasan ¡más amigos tengo! Desde el primer día en que llegué a este mundo he estado aprendiendo de la vida, de toda tu sabiduría a cada instante. • Mamá, quiero que sepas que por más humildes que sean mis palabras son para ti. Porque con tu amor aceptaste en tu seno la semilla de una nueva vida en el jardín de la tierra. • Todo este gran amor es para ti que con el mismo has cultivado esta nueva flor de la existencia. • Para ti mis sentimientos, que has acompañado con amor paciente y desinteresado, el crecimiento de tus hijos hasta su madurez. • Madre, para ti un gracias y todo nuestro amor. • No me despido sin antes decirte: ¡Gracias! Por existir Por aguantar mis manías y rabietas Por entenderme Por sentir mis penas como si fuesen tuyas Por dejarme ver tu alma a través de tus ojos Por tus desvelos Por quererme a pesar de todo Por ser mi madre

domingo, 19 de abril de 2015

Consejos para evitar el estrés

En las circunstancias que vivimos es imposible no estresarse de vez en cuando. El estrés es la dificultad para mantenernos tranquilos y continuar con nuestras actividades diarias de forma normal. Algunas personas tienen un estilo de vida tan complicado que les es imposible no estresarse constantemente, otras sólo son víctimas de este estado cuando cambian su rutina diaria. Lo cierto es que todos tenemos períodos de más o menos estrés. Es importante tomar en cuenta que no todo el estrés es negativo. En algunas situaciones puede ser clave para evitar peligros o daños. El problema es el estrés crónico, ya que nos puede causar problemas de salud como tensión alta, problemas de corazón, obesidad y depresión. ¿Cuáles son los síntomas del estrés crónico? Ya que es imposible no estresarse, debemos conocer los síntomas negativos de este estado para identificarlo a tiempo y evitar que nos afecte más de la cuenta. Conviene estar alerta cuando nos enfrentemos a: Incapacidad para dormir apropiadamente a causa de pensamientos o ideas preocupantes. Estar irritable o impaciente cuando se presentan pequeños problemas. Ser incapaces de concentrarse No poder tomar decisiones. Fumar o beber más de la cuenta. Divertirse menos de la cuenta. Incapacidad para relajarse y sensación de que siempre hay algo pendiente de hacer. Sentirse tenso. Tener dolores de cabeza, cuello o musculares. Quien busca estresarse lo menos posible primero debe conocer las causas que le conducen a ese estado, de esta forma podrá crear una estrategia para manejarlas. Resulta conveniente crear una lista de estas causas, llevar un diario en el que se escriba durante un mes o algunas semanas los temas, lugares, momentos y personas que aumentan nuestro nivel de estrés. Cuando tengamos esta lista optemos por analizar con un amigo o familiar las razones exactas de nuestro estrés. A veces esta sensación no tiene mucho sentido y cuando la vemos en perspectiva desaparece. Si este no es nuestro caso, optemos por usar alguna técnica de relajación cuando nos enfrentemos a un factor estresante. Descansa Es común que al pasar un largo período de tiempo realizando la misma actividad terminemos estresados. Para evitarlo debemos darnos pequeños descansos. Lo recomendable es tomar un descanso de 20 minutos cada dos horas de trabajo. Durante este pequeño período se pueden realizar algunos estiramientos, respiraciones o tomar un pequeño paseo. Un descanso adecuado también contempla un sueño reparador de 6 a 8 horas. Es importante dormir el tiempo adecuado para permitir que nuestro cerebro descanse, que nuestra mente se despeje para mantenernos más sanos. Además, durante este período llevemos a cabo cambios y actividades vitales para desarrollar nuestras actividades diarias. Evita preocuparte Aunque puede ser más sencillo decirlo que hacerlo, evitar las preocupaciones reducirá las posibilidades de estrés de nuestra mente. Es importante que nos mantengamos alerta para evitar las preocupaciones irracionales que surgen cuando nuestra mente está cansada. Si nos sentimos cayendo a un estado de preocupación podemos realizar cualquier actividad que nos distraiga, como reír, hablar con un amigo o leer una historia divertida; aunque la felicidad no dure demasiado, podremos mantener a raya al estrés. Planifiquemos Uno de los problemas más comunes en quienes sufren estrés crónico es que no han aprendido o tomado el hábito de planificar y se enfrentan a situaciones que los sacan de control. Para evitar el estrés crónico podemos optar por crear una agenda con las actividades importantes a realizar. Dentro de la planificación debemos considerar los factores que necesitamos para nuestras actividades, el manejo de nuestro tiempo y las relaciones humanas. Relajémonos Quienes tienden a estresarse demasiado suelen pasar por alto los tiempos para relajarse y meditar sobre ellos y sus actividades. Es importante que cada día tomemos un tiempo para despejar la mente y concentrarnos en nosotros, nuestras actividades y necesidades. Una de las mejores alternativas es la meditación, actividad que ha dado resultados muy buenos de acuerdo con diversos estudios médicos. Mantengámonos activos La actividad física no sólo nos ayuda a mantenernos en nuestro peso ideal, también nos ayuda a sacar el estrés que vamos acumulando al relajar los músculos. Lo ideal es hacer al menos tres horas de ejercicio a la semana y no se necesitan actividades demasiado extenuantes. Una pequeña caminata o un paseo en bicicleta son suficientes para que nuestro cuerpo vea los beneficios. Comamos sanamente Los alimentos grasos o muy refinados tienen la capacidad de modificar nuestros estados de humor, facilitando el estrés. Para combatir este efecto debemos mantener una dieta sana y balanceada que contenga la cantidad correcta de cada tipo de alimento. La dieta perfecta no existe, cada uno de nosotros debe aprender a combinar los alimentos que le den los nutrientes que necesita para su estilo de vida. Busquemos ayuda cuando la necesitemos El estrés es un elemento normal y constante en nuestra vida. Pero si nuestro estrés no hace más que empeorar y no encontramos la solución, quizá necesitemos ayuda especializada para evitar problemas más serios. Es importante buscar a un psicólogo o terapeuta certificado que nos ayude a tratar el estrés desde la depresión o ansiedad que pueda estar generando. Aprendamos a no estresarnos El estrés es una realidad con la que debemos aprender a vivir. Sin importar la edad, nivel económico o profesión que tengamos, en algún momento nos enfrentaremos a una situación que nos estrese. Para que esta situación sea lo menos problemática posible podemos tomar en cuenta los consejos de antes y prevenir sus efectos negativos. Debemos recordar que es una situación que cualquiera puede vivir, por lo que no debemos avergonzarnos y evitar pedir ayuda si la necesitamos.

martes, 7 de abril de 2015

El sentido de la Semana Santa actual

Partiendo de la evidencia de que la Semana Santa surgió en un momento en el que la iglesia católica ejercía un control absoluto ante el poder político y militar y en medio de una ciudadanía poco formada para quien el culto iconoclasta a las figuras de los pasos que, de forma localista, se paseaban a hombros por las iglesias, calles y plazas de todas las poblaciones, bajo la advocación de supuestos casos milagreros que, poco a poco, arraigaron en un pueblo fetichista a quien la idea de fe impuesta desde la infancia no le permitía cuestionarse el sentido de todo aquello, hasta que la tradición, cada vez con más fuerza y seguimiento, recién entrada la primavera, sigue permitiéndonos vacaciones, a pesar del sentido aconfesional del Estado, gobierne quien gobierne, reflexionemos sobre el sentido que tiene en la actualidad. Cada uno vemos desde nuestra perspectiva cuanta circunstancia pasa ante nuestros ojos, en la mayoría de los casos aceptándola y en menos rebelándonos; y esto último hasta con cierta reserva. Este de la Semana Santa es un caso similar, porque la Iglesia se encuentra encantada con que se paseen los pasos, aumenten las cofradías y acuda la gente; no sólo a los actos litúrgicos, sino a ver las maravillas arquitectónicas de algunas basílicas, iglesias, conventos, abadías y cuanto espacio se ha convertido en monumento con acceso restringido previo pago. El poder se sirve del escaparate de las procesiones para desfilar detrás de la imagen de más renombre, que coincide con la más vista. La enseña nacional va pareja a estos actos y preside, no sólo los edificios estatales y autonómicos, sino los estandartes de las procesiones recibidas por el pueblo al son del himno nacional y en algunos casos con canciones militares. La Guardia Civil, la Policía Nacional y el Ejército custodian ciertos pasos con quienes sus cúpulas están más identificados. Estas cúpulas, junto con la clase dirigente de muchas ciudades provincianas, son componentes de cofradías cuyos miembros, a modo de clan cerrado, se conocen, tratan y ayudan con favores privilegiados al coincidir su fe con su ideología política y su estatus social. De este modo resulta incongruente ver cómo en muchas de estas ciudades se invierte en el arreglo de subidas a santuarios, iluminación, puertas, ventanas, verjas, estandartes, publicaciones y publicidad mientras las zonas comerciales se deterioran y los crecientes parados no tienen más opción que aceptar la ayuda recibida bajo el patrocinio de instituciones relacionadas con la iglesia, pero con dinero público de una corporación próxima a los cánones católicos. Para la gente mayor, que es quien mayoritariamente asiste a los cultos la Semana Santa, es tradición, fe, reunión familiar y asistencia a cuantos actos se celebran estos días sin más fin que una rutina que llena sus horas. Para los maduros es motivo de salida a playas, montañas, casas rurales o esa España interior cargada de tradiciones procesionales, que fotografían sin parar sin más sentido que verlas después con sus amistades alrededor de un ágape de fin de semana. Para la juventud diremos que hay dos tipos de vivencias: la del no creyente, que bien en su ciudad o solo porque sus padres se van, estudia por la mañana y se divierte tarde y noche aprovechando que está de vacaciones y la de un sector, en pleno crecimiento, que lleva al más rancio radicalismo una tradición que cada vez más se va pareciendo a la de la España del nacionalcatolicismo de los sesenta. Las oficinas de turismo refuerzan sus plantillas, los hoteles ocupan sus plazas, los comerciantes aumentan con sus horarios las ventas y el Estado sus ingresos con el combustible de los millones de vehículos que se mueven por toda la geografía. Con este cúmulo de intereses no es posible que la Iglesia sea independiente y que se nutra de los ingresos de los creyentes, porque todos nos movemos siempre por los mismos objetivos: la comodidad y el dinero, aunque, no queriendo caer en el radicalismo, es cierto que la excepción la marcan quienes la sienten de verdad y ese sector del sacerdocio que, contrario al escaparate, se esfuerza en proclamar lo que implica a la vez que anima a que se viva, de verdad, la fe a lo largo del año. Lamentablemente suele haber víctimas en los millones de desplazamientos. ¡Para sus familiares es el verdadero duelo de la Semana Santa!

viernes, 20 de marzo de 2015

Decir la verdad: la sinceridad "La mentira es una forma de eludir la realidad y por tanto la responsabilidad que tendría el afrontar la verdad de alguna cosa. Muchos trastornos psicológicos llevan asociada la mentira como forma de evitación de circunstancias". La expresión máxima de ella seria la mitomanía: aquellos que inventan una realidad totalmente ficticia, que representan a su propio personaje y mienten para mantenerlo. Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad. Esto que parece tan sencillo, a veces es lo que más trabajo cuesta. Utilizamos las "mentiras piadosas" en circunstancias que calificamos como de baja importancia, donde no pasa nada, pero, obviamente, una pequeña mentira llevará a otra más grande y así sucesivamente, hasta que nos sorprenden y corremos el riesgo de perder la credibilidad. Al inventar defectos o hacerlos más grandes en una persona, ocultamos el enojo o la envidia que tenemos. Con aires de ser "franco" o "sincero", decimos con facilidad los errores que cometen los demás, mostrando lo ineptos o limitados que son. No todo está en la palabra, también se puede ver la Sinceridad en nuestras actitudes. Cuando aparentamos lo que no somos, se tiene la tendencia a mostrar una personalidad ficticia, como querer ser inteligentes, simpáticos, educados, de buenas costumbres... En este momento viene a nuestra mente el viejo refrán que dice: "dime de qué presumes... y te diré de qué careces. Cabe enfatizar que "decir" la verdad es una parte de la Sinceridad, pero también "actuar" conforme a la verdad, es requisito indispensable. El mostrarnos "cómo somos en la realidad", nos hace congruentes entre lo que decimos, hacemos y pensamos. Esto se logra con el conocimiento y la aceptación de nuestras cualidades y limitaciones. En ocasiones faltamos a la Sinceridad por descuido, utilizando las típicas frases "creo que quiso decir esto...", "me pareció que con su actitud lo que realmente pensaba era que ..." ; tal vez y con buena intención, opinamos sobre una persona o un acontecimiento sin conocer los hechos. Ser sincero exige responsabilidad en lo que decimos, evitando dar rienda suelta a la imaginación o haciendo suposiciones. Para ser sincero también se requiere "tacto", esto no significa encubrir la verdad o ser vagos al decir las cosas. Cuando debemos decirle a una persona algo que particularmente puede incomodarla, primeramente debemos ser conscientes que el propósito es "ayudar", o, lo que es lo mismo, no hacerlo por disgusto, enojo o porque "nos cae mal"; hay que buscar el momento y lugar oportunos, esto último garantiza que la persona nos escuchará y descubrirá nuestra buena intención de ayudarle a mejorar. En algún momento la Sinceridad requiere valor. Nunca se justificará el dejar de decir las cosas para no perder una amistad o el buen concepto que se tiene de nuestra persona. Si, por ejemplo, es evidente que un amigo trata mal a su esposa o a sus empleados, tenemos la obligación de decírselo, señalando las faltas en las que incurre y el daño que provoca, no solamente a las personas, sino a la buena convivencia que debe haber. La persona sincera dice la verdad siempre, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al qué dirán. Vernos sorprendidos en la mentira es más vergonzoso. Al ser sinceros aseguramos la amistad, somos honestos con los demás y con nosotros mismos, a la vez que nos convertimos en personas dignas de confianza por la veracidad que hay en nuestra conducta y palabras. A medida que pasa el tiempo, esta norma se debe convertir en una forma de vida, una manera de ser confiables en todo lugar y circunstancia. La sinceridad es la virtud de la franqueza, es el amor y el respeto por lo veraz. La persona sincera actúa siempre de buena fe y mantiene una coherencia entre sus palabras y sus actos. Es contrario a la mentira, a la duplicidad y a la hipocresía. Hay ocasiones en las que no nos gusta lo que oímos del amigo sincero, pero si tienes la suerte de contar con una amistad así, cuídala, es una joya. Aunque a veces se equivoque, nos haga daño y parezca injusto, porque, obviamente, la sinceridad excluye la mentira, no el error. La sinceridad en la pareja El mundo de la pareja y la sinceridad es otro ámbito donde también hay muchas teorías y preferencias. Casi siempre los estudios parecen coincidir en que la comunicación sincera en la pareja es fundamental. La sinceridad, la lealtad y la honestidad son valores que hombre y mujer reclaman en las relaciones de pareja como un pilar fundamental de las mismas. Incluso hasta la mayor fluidez en la comunicación de la pareja no servirá para nada si no hay sinceridad. Cuando falta provoca negatividad, desconfianza, recelo, falta de comunicación y en muchos casos ruptura o problemas mayores de diversa índole. La falta de sinceridad es, de hecho, una falta de respeto a la persona. Y cuando en la pareja falla el respeto, la evolución del problema puede adquirir dimensiones realmente preocupantes, hasta el punto de distorsionar el propio concepto de pareja. Una relación sin confianza mutua no va a ninguna parte. No una confianza ciega, sino racional. Si no tenemos motivos reales o probados para desconfiar, agobiar a nuestra pareja con nuestros miedos o inseguridades la apartará de nosotros. La falta de confianza enrarece las relaciones y hace difícil la convivencia. El que es objeto de sospecha o acoso suele acabar desenamorándose, porque la actitud de su pareja le impide disfrutar de las cosas más simples y para no crear situaciones incómodas acaba renunciando a muchas cosas. Pero la persona que desconfía también sufre mucho y puede pasar fácilmente del amor a la obsesión. La solución a este problema pasa por la comunicación. No obstante hay quien habla del término "sincericidio" como la persona que lleva hasta el extremo la sinceridad y su sinceridad le vale la muerte de su pareja. Decir la verdad no significa que haya que decirlo todo. Hay que decir lo que se piensa pensando lo que se dice. La sinceridad no es salvajismo cruel que espeta la verdad, ni exhibicionismo impúdico, ni imprudencia. Todos tenemos derecho a callar, conviene no olvidar que cada persona es esclava de sus palabras y dueña de sus silencios. Hay ocasiones en las que se debe callar la verdad, así es cuando ésta lo único que puede acarrear es dolor y sufrimiento injusto o inútil a otra persona. Incluso pueden darse situaciones en las que uno no sólo tenga que callar y ocultar la verdad, sino mentir. A veces la mentira es el mal menor que hay que elegir. La sinceridad, la fidelidad a lo verdadero no es un absoluto. Ninguna virtud es absoluta. Por eso, ser fiel a lo verdadero no puede disculparnos de ser infiel a la compasión y al amor, a la amistad verdadera. A veces se habla de las mentiras piadosas, y de los que piensan que decir la verdad no es una regla insalvable. Son los que piensan que a veces es mejor mentir. El problema es dónde poner el límite. Y entrando por la puerta de la mentira piadosa se llega a la habitación de la desconfianza. Pero también tenemos el otro extremo, las personas que prefieren la tranquilidad de su conciencia antes que evitar el sufrimiento del prójimo. Hay personas tan amantes de la verdad que tienen seco el corazón, son fanáticos de la verdad y no la supeditan ni a la compasión ni a la solidaridad. Seguro que alguna vez hemos tenido ocasión de atender a algunas personas moribundas, que piden la verdad a la que tenían derecho y hay que dársela por obligación; pero también hemos conocido a personas ya moribundas incluso que no querían saberla y que con los ojos nos piden que callemos o mintamos y así hemos de hacerlo por compasión. Mentir o decir la verdad a un paciente ¿Qué es mejor? La visión tradicional de la medicina occidental indica que los médicos, al comunicarse con sus enfermos, deben apegarse a la verdad. Se considera que decir la verdad es obligación moral y biomédica fundamental. En cambio, en China, donde la familia es un núcleo social fuerte que suele proteger al individuo, la ética médica sostiene que los doctores tienen el deber de esconder la verdad, e incluso de mentir cuando sea necesario con tal de beneficiar al paciente y a la familia encargada del afectado. Esa visión presupone que la parentela tiene el deber de cuidar a sus miembros cuando enferman porque las cargas, los dolores y las responsabilidades deben compartirse. En nuestra sociedad, la sabiduría del médico radica en encontrar la fórmula adecuada para cada paciente, tarea, por cierto, harto compleja. Ambas posturas, la occidental y la china, son contradictorias. El primero, el occidental, que se lleva a cabo sólo en las sociedades donde los médicos respetan "el valor" del enfermo como persona, afirma que los individuos son seres autónomos que tienen derecho a saber todo lo que acontece con su cuerpo. Dicha autonomía permite al doliente, en conjunto con su doctor y allegados, decidir qué es lo que más le conviene. En esa situación, mentir implica no respetar la autonomía del enfermo. En el segundo panorama -el sustentado por la moral confucionista- los galenos tienen la obligación de "dosificar" la información e incluso de mentir cuando determinados datos podrían acelerar la enfermedad del afectado y precipitar la muerte, el suicidio, el aislamiento o deteriorar las relaciones familiares. Aunque ambos escenarios son veraces, plantean esquemas de conducta antagónicos, no sólo porque cada familia y cada enfermo son diferentes, sino porque los médicos también difieren entre sí. En el papel y en el complicado mundo de la lógica occidental, la idea de decir la verdad parecería ser la correcta. Los médicos deben ser veraces porque son honestos y porque los enfermos tienen derecho a saber todo lo que les sucede. Sin embargo, en "el otro papel", el de la realidad modificada por la enfermedad, las cosas son distintas; no todos los pacientes quieren saber qué es lo que les sucede, no todos tienen la capacidad de manejar esa información y no todos los facultativos la transmiten adecuadamente ni abren las puertas para disipar las dudas que surjan en el futuro. El dilema es inmenso e interesante. El arte radica en saber qué es lo que cada paciente quiere conocer. En nuestro medio, la enseñanza china se reproduce parcialmente en las clases socialmente desprotegidas. Es frecuente que los familiares de los pacientes, sobre todo cuando el diagnóstico es cáncer o enfermedades "graves", soliciten que no se transmita la información al interesado, pues suelen estar convencidos de que será en deterioro de su ser querido. En otras sociedades, como la estadounidense, el peso de la enfermedad lo lleva el enfermo y "un mínimo" de allegados. ¿Se debe decir la verdad a un niño adoptado? Los padres de un niño adoptado se preguntan si deben decir al niño que él o ella es adoptado y cómo y cuándo deben de hacerlo. Ellos también desean saber si existen problemas especiales para su hijo. Los psiquiatras de niños y adolescentes recomiendan que sean los padres los que le informen al niño acerca de la adopción. Muchos expertos opinan que se le debe de informar al niño cuando es pequeño. Este enfoque le da al niño, a una edad temprana, la oportunidad de poder aceptar la idea e integrarse al concepto de haber sido "adoptado". Otros expertos creen que el hacerle esta revelación al niño a una edad muy temprana puede confundirlo, ya que éste no puede entender el evento. Estos expertos recomiendan que se espere hasta que el niño sea mayor. La adopción no es mala ni tampoco vergonzosa En ambos casos, los niños deben de enterarse de su adopción de boca de sus padres adoptivos. Esto ayuda a que el mensaje de la adopción sea positivo y permite que el niño confíe en sus padres. Si el niño se entera de la adopción, intencional o accidentalmente, de boca de otra persona que no sea uno de sus padres, el niño puede sentir ira y desconfianza hacia sus padres, y puede ver la adopción como mala o vergonzosa, ya que se mantuvo en secreto. Los niños adoptados querrán hablar acerca de su adopción y los padres deben de estimular este proceso. En las librerías hay excelentes libros de cuentos que pueden ayudar a los padres a explicarle al niño acerca de su adopción. Reacción del hijo adoptado ante la verdad Los niños reaccionan de manera diferente al enterarse de que son adoptados. Sus emociones y reacciones dependen de su edad y de su nivel de madurez. El niño puede negarse a aceptar que fue adoptado y puede crear fantasías acerca de la adopción. Frecuentemente, los niños adoptados se apegan a la creencia de que los dieron porque eran malos o pueden creer que fueron secuestrados. Si los padres hablan con franqueza acerca de la adopción y la presentan de manera positiva, es menos probable que se desarrollen estas preocupaciones. Todos los adolescentes pasan por una etapa de lucha por su identidad en la que se preguntan cómo encajan en su familia, con sus compañeros y con el resto del mundo. Es razonable que el adolescente adoptado tenga un marcado interés en sus padres naturales durante esta etapa. Esta curiosidad expresada es común y no quiere decir que él o ella esté rechazando a los padres adoptivos. Algunos adolescentes pueden desear conocer la identidad de sus padres naturales. Los padres adoptivos pueden responderle al adolescente haciéndole saber que es correcto y natural tener ese deseo. A los adolescentes que preguntan generalmente se les debe dar, con tacto y mediante una conversación dándole apoyo, la información sobre su familia natural.

Consejos para ahorrar

En la situación económica de crisis mundial en la que vivimos, mucha gente quiere ahorrar pero no sabe por dónde empezar. Es muy importante conocer los puntos claves para empezar a ahorrar y sacarle así el máximo provecho a este hábito. Te damos unos consejos para saber cómo fomentar el ahorro personal. 1. En primer lugar hay que tener en cuenta que es muy importante evitar las prácticas que supongan un aumento de los gastos innecesarios, de modo que es recomendable seguir unas pautas para un consumo responsable e inteligente. 2. Puede venir muy bien administrar el dinero disponible para cada mes e ir llevando un recuento de los gastos realizados y a realizar dentro del mes. 3. En caso de no poder solventar una situación económica muy complicada, siempre se puede recurrir al asesoramiento profesional. De esta forma tendremos ayuda para marcarnos objetivos de ahorro a corto y largo plazo. 4. Si queremos invertir nuestro dinero o contratar un producto financiero para mejorar nuestro ahorro, es muy importante no asumir riesgos innecesarios y no tomar decisiones precipitadas si no se conoce a fondo el producto o el mercado financiero. 5. Es muy importante mantenerse constante y paciente, sólo de este modo se obtendrán los resultados deseados. Hay que tener siempre presente que el ahorro no se puede producir de un día para otro, hay que aplicar estos consejos y no desesperarse. 6. Verificar la situación financiera 7. Antes de abordar un plan de ahorro, lo principal es comprobar el estado real de la situación económica personal. Se deben contabilizar y revisar en profundidad las finanzas personales: ingresos, gastos o deudas, tanto presentes como futuros. 8. Hay que contabilizar y revisar en profundidad las finanzas personales 9. Hay que revisar también la capacidad de respuesta ante posibles imprevistos, como pérdida de empleo, reducción de ingresos, aumento de gastos o vencimiento de deudas contraídas. Si la situación no es la idónea, debe iniciarse lo antes posible un plan para subsanar los desequilibrios. 10. Registrar y clasificar los gastos 11. Se debe elaborar y guardar un registro de todos los gastos y jerarquizarlos desde los más importantes a los más nimios. Una opción es comenzar un registro semanal o mensual, ya sea digital o en archivadores o cuadernos, para luego ampliarlo. 12. La mejor manera de recortar gastos es conocerlos con exactitud. Así será posible establecer prioridades en el gasto. 13. Elaborar un presupuesto 14. Debe confeccionarse un presupuesto que refleje tanto los gastos como los ingresos para, a partir de ahí, equilibrar ambas partidas y comenzar a ahorrar. La manera de hacerlo es reducir la partida de gastos, o en el mejor de los casos aumentar los ingresos, para buscar un excedente que se dedicará al ahorro. 15. Una vez realizado, de nada servirá si no hay una apuesta decidida en cumplir las premisas que se han marcado. La constancia y tenacidad son claves. 16. Fijar un porcentaje de ingresos para el ahorro 17. Los expertos recomiendan un excedente de al menos el 10% de los ingresos dedicado al ahorro. Lo más conveniente para reservar ese porcentaje es considerar esta cantidad como un gasto fijo ineludible más. 18. Sin una ausencia de obligación de pago, resulta muy difícil mantener esa premisa. Una opción puede ser la apertura de una cuenta de ahorros para tal efecto. Con ella, el registro de los ahorros es más sencillo, la motivación aumenta y se acumulan intereses. 19. Establecer metas de ahorro 20. La clave está en reforzar el hábito de ahorro para alcanzar los objetivos establecidos de antemano. Si se dispone de una meta, los esfuerzos que exige el plan son más asumibles y se mantiene una constancia. 21. Conviene comenzar con pequeñas metas y, una vez obtenidas, lanzarse a retos mayores 22. Para no incurrir en frustraciones, lo mejor es comenzar con pequeñas metas y, una vez obtenidas, lanzarse a retos mayores. Para ello, en el presupuesto ha de definirse la cantidad necesaria, el tiempo y la estrategia para realizarlo. 23. Eliminar los gastos superfluos 24. Dar prioridad a los gastos ineludibles y desechar los alentados por un impulso de satisfacción inmediata. El presupuesto determinará las prioridades y ayudará a rechazar esos pequeños gastos innecesarios que harán factible el ahorro. Deben analizarse los hábitos de consumo para poder recortar gastos. 25. Crear un fondo de emergencia 26. Una vez que se registran resultados en forma de excedentes del ahorro, debe asegurarse una parte de esa cantidad para constituir una reserva de dinero. Esta solo se utilizará en caso de emergencia o imprevistos ineludibles. 27. Evitar y/o controlar las deudas 28. Para no incurrir en deudas o que estas no se incrementen, una prioridad ha de ser la de pagarlas en el plazo estipulado. Asimismo, se debe aprender a vivir con los ingresos de que se dispone y no a base de préstamos y créditos. 29. En esto, el presupuesto deberá regir de nuevo las acciones de gasto. Para ahorrar dinero es necesario contar con la menor cantidad de deudas posible, ya que de otro modo el excedente se irá en el pago de los intereses. Se debe gastar lo que se tiene. De ahí que convenga utilizar las tarjetas de crédito lo menos posible. 30. Buscar ofertas y descuentos 31. El ahorro pasa por la reducción del gasto. Buscar, comparar o negociar las mejores y descuentos es básico en este objetivo. Las ofertas y descuentos aparecen en casi todas las partidas de gasto si se persiguen con tenacidad. 32. Una vez que se ha conseguido un excedente de dinero gracias al plan de ahorro, conviene sacarle el máximo rendimiento posible 33. Desde el ahorro en la energía del hogar (facturas de electricidad, agua, gas, teléfono, transporte...), hasta la compra o la ropa (listas para el supermercado, periodos de ofertas y rebajas, promociones, liquidaciones...) y la reducción en los gastos destinados al ocio (comidas fuera, actividades gratuitas o páginas web de descuento) es posible con las medidas adecuadas. 34. Invertir con precaución 35. Una vez que se ha conseguido un excedente de dinero gracias al plan de ahorro, conviene sacarle el máximo rendimiento posible, pero siempre con las mayores garantías. Nunca debe olvidarse que a mayor beneficio, mayor riesgo, si bien se busca asegurar unos ahorros, no perderlos en aventuras financieras. 36. Los ahorros deben depositarse en instituciones fiables y solventes, elegir las mejores ofertas del mercado, como los depósitos a plazo fijo, siempre que se comparen los distintos tipos de interés ofertados por las entidades para las cuentas de horro. Conviene huir de rendimientos extraordinarios, ya que rara vez las promesas de este tipo son satisfechas. Por último, bajo ningún concepto se deben contratar productos financieros que no se comprenden.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Mantener el amor en la conviviencia

¡Qué maravilla el noviazgo! Parece que sólo se tiene sentido para estar con la persona amada y el hecho de verla venir, sonreír o darle la mano es el mayor espectáculo del mundo. Te olvidas de cuanto hay a tu alrededor. El mundo parece ofrecer sólo un objetivo: estar en esa compañía que sin saber cómo ni por qué te ha absorbido el seso, la vista y el discernimiento todo. Un paseo en pareja, mirándose a los ojos, con una sonrisa permanente en los labios, sin que a veces sea necesario mediar ni una palabra para compenetrarse, agarrados de la mano, de la cintura o pasando un brazo por un hombro; sintiéndose, viéndose o escuchándose, te llena de satisfacción. No se sabe si pasa la gente, qué noticias ocurren alrededor, quién ha saludado o llamado. Se sigue camino pisando una nube de amor maravilloso mezcla de física y química sin que el tiempo parezca avanzar. Sin embargo, ese amor conviene alimentarlo para que con el paso del tiempo no se convierta en rutina. El enamoramiento es el predecesor del amor, es posible sentirlo al inicio de las relaciones y suele no superar los dos años. Este límite puede cambiarse sencillamente recordando que una relación de pareja se construye a diario y por lo tanto debe ser alimentada y sostenida día tras día, con el fin de garantizar no sólo la estabilidad durante los años, sino también la calidad y los buenos principios. A continuación 34 consejos para mantener viva este excelente binomio de enamoramiento y amor en la relación. 01. Comunícate más en espacios presenciales y menos por medios virtuales 02. Ten presente fechas que puedan tener alguna importancia para la pareja 03. Busca espacios de diálogo cuando algún inconveniente haya quedado sin resolver 04. Ten presente que el hablar todo el día no significa comunicarse 05. Dale más besos a tu pareja cada día 06. Prepara encuentros íntimos en espacios diferentes 07. Encárgate de darle regalos escogidos por ti 08. Mantén detalles de bajo costo que le recuerden a la pareja que es importante para ti (dulces, notas secretas, miradas cómplices, cambios de rutina, …) 09. Manifiesta a tu pareja los aciertos que tenga durante la semana 10. Recuérdale a tu pareja que la admiras 11. Hay que perdonar situaciones puntuales que aparezcan con el tiempo, de lo contrario estos detalles terminarán en desconfianza. 12. Domina situaciones que requieran decisiones, la pareja siempre quiere actos contundentes. 13. No olvides que el casarse es sólo el comienzo del matrimonio, este debe construirse a diario 14. La risa es un componente importante de la felicidad 15. No seas predecible en tus comportamientos, crea siempre nuevas expectativas 16. Prepara o comparte gustos culinarios con tu pareja 17. Expresa tus preferencias y deseos sexuales a tu pareja 18. Conoce el cuerpo de tu pareja observando todos sus espacios 19. No te cargues de detalles que aunque consideres mínimos en algún momento te lleven a explotar 20. Estimula los sentidos cumpliendo fantasías sexuales con tu pareja 21. Cuando llegan los hijos a la relación hay que mantener espacios de la pareja para compartirlos a solas 22. Utiliza palabras de afecto que para la pareja sean motivadoras 23. Mantened espacios individuales delimitados sin exceder la libertad 24. No busquéis respuestas en correos, chats o móvil de tu pareja 25. Dale un masaje a tu pareja de vez en cuando 26. Cuida tu aspecto personal, la limpieza y el orden de tus cosas 27. Controla la repetición verbal de episodios del pasado que ya hayan sido perdonados 28. Crea espacios para realizar algún tipo de actividad que a los dos os guste por igual (practicar algún deporte, pasear, ir de compras, a algún espectáculo, conferencia, concierto, exposición,…) 29. Genera situaciones sorpresivas que rompan con la rutina (prepara un viaje, cambia de imagen, cocina su plato preferido,…) 30. No permitas que una discusión pierda el sentido y termine en agresiones verbales o físicas 31. Sé puntual en tus horarios 32. Cumple tus acuerdos, promesas, tratos, pactos y juramentos que hayáis planteado en algún instante de vuestra relación 33. Aprende a aceptar los defectos 34. Siempre sé tú mismo, pero no olvides nunca el respeto

sábado, 28 de febrero de 2015

Beneficios del ejercicio físico

Realizar de forma regular y sistemática una actividad física ha demostrado ser una práctica muy beneficiosa en la prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, a la vez que ayuda al carácter, la disciplina y a la toma de decisiones en la vida cotidiana. El ejercicio físico, ya sea de corta o larga duración, contribuye a establecer un bienestar mental, mejorando la autonomía de la persona, la memoria, rapidez de ideas, … y promoviendo sensaciones como el optimismo o la euforia, al tiempo que mejora la autoestima de las personas, lo que produce beneficios en diferentes enfermedades como la osteoporosis, la hipertensión o las crisis diabéticas. Todas las actividades encaminadas a mejorar la forma física (por ejemplo, tras un período largo de inactividad), deben realizarse de manera progresiva. Cada deportista debe analizar las demandas de su deporte de elección antes de decidir su plan de entrenamiento. La intensidad y la carga deben ser determinadas de forma individual, ya que dependen del nivel técnico y de la condición física de cada persona. Beneficios biológicos • Mejora la forma y resistencia física. • Regula las cifras de presión arterial. • Incrementa o mantiene la densidad ósea. • Mejora la resistencia a la insulina. • Ayuda a mantener el peso corporal. • Aumenta el tono y la fuerza muscular. • Mejora la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones. • Reduce la sensación de fatiga. Beneficios psicológicos • Aumenta la autoestima. • Mejora la autoimagen. • Reduce el aislamiento social. • Rebaja la tensión y el estrés. • Reduce el nivel de depresión. • Ayuda a relajarte. • Aumenta el estado de alerta. • Disminuye el número de accidentes laborales. • Menor grado de agresividad, ira, angustia... • Incrementa el bienestar general.

viernes, 20 de febrero de 2015

Diferencias entre nerviosismo e hiperactividad infantil

Diferencias entre nerviosismo e hiperactividad infantil Muchas son las familias que en algún momento de la infancia de sus hijos se preguntan: ¿es nervioso o tendrá hiperactividad? También, cada vez más, el profesorado insiste a los padres para que realicen una consulta con un especialista, ya que observan que, entre otras conductas, el niño es muy «movido», se desmotiva rápidamente y le cuesta prestar atención. En el caso de los niños inquietos o nerviosos no siempre resulta fácil la distinción entre un estado de nerviosismo como tal, un cierto grado de hiperactividad normal y un niño con un trastorno constituido de desatención e hiperactividad, denominado Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). La confusión en la vida diaria entre nerviosismo y TDAH viene dada por la similitud de ciertas conductas que pueden presentar algunos niños durante la infancia, entre las que cabe destacar el exceso de movimiento, la irritabilidad, la desatención, los trastornos del sueño y el llanto frecuente. Ante estas conductas muchos padres y profesores se preguntan si su hijo o su alumno tendrá TDAH. Pero lo cierto es que muchos niños pueden mostrarse nerviosos, ser inquietos o portarse mal sin que esto quiera decir que tienen TDAH. Si los padres lo observan más pro¬fundamente, pueden encontrar una causa probable del nerviosismo de su hijo: cambios de ambiente, problemas en sus relaciones, celos, temores, cansancio por alteraciones en el sueño... O quizás, simplemente, puede tratarse de un niño más inquieto dentro de una variable normal del desarrollo. Por todo ello es importante observar detenidamente su día a día. Por otra parte, si un niño presenta solamente en un determinado entorno algunas de las conductas antes citadas, por ejemplo en casa o en el colegio, es muy probable que no padezca TDAH: habrá que averiguar, entonces, si está viviendo algún problema o preocupación en uno u otro ámbito. Otro factor que debe tenerse en cuenta para pensar en un posible TDAH es el momento de aparición de dichas conductas. Mientras que un niño sin TDAH puede pasar a un estado de nerviosismo de forma rápida o de forma gradual, en los niños con TDAH la aparición de muchos síntomas se ha detectado ya en la primera infancia: muchos padres de niños con diagnóstico de TDAH confirman que sus hijos han sido bebés irritables, llorones, con trastornos del sueño... Hay madres que los recuerdan muy inquietos incluso durante el embarazo. Considerando que, dentro de las variables normales del desarrollo, hay niños más nerviosos, si los padres observan, no obstante, que el estado de nerviosismo del niño se prolonga e influye negativamente en su vida diaria, es el momento de acudir a la consulta de un psicólogo. El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad es el trastorno neurobiológico más frecuente en la infancia. Se estima que lo padece el 5% de la población infanto-juvenil. Es un síndrome caracterizado por la desatención, la hiperactividad y la impulsividad, aunque no siempre tienen que estar presentes conjuntamente, pues¬to que existen distintos subtipos. Se trata de un trastorno crónico que puede cambiar sus manifestaciones desde la infancia hasta la edad adulta e interfiere en muchas áreas del funcionamiento normal. El TDAH suele diagnosticarse en los primeros años de la enseñanza primaria, y es fundamental que sean los profesionales médicos (neuropediatra o psiquiatra infantil) los que realicen un diagnóstico precoz y definitivo. Durante el proceso, serán necesarias entrevistas con los padres y con el niño y análisis de la información de los profesores, así como exámenes físicos y pruebas complementarias para descartar otros problemas. Entre los criterios diagnósticos, se pueden contemplar algunas conductas relacionadas directamente con las dificultades atencionales: la falta de atención suficiente a los detalles, las dificultades para mantener la atención en tareas o actividades lúdicas, la falta de concentración en ta¬reas escolares (que a menudo quedan inacabadas), el rechazo de tareas que exijan esfuerzo cognitivo y el extravío frecuente de objetos. En el criterio diagnóstico para la hiperactividad-impulsividad se contemplan, entre otras conductas, el movimiento excesivo de manos y pies, la dificultad para permanecer en el asiento durante un rato, la necesidad imperiosa de correr o saltar en situaciones inapropiadas, la dificultad para jugar tranquilamente, hablar en exceso, la emisión de respuestas antes de haber terminado de oír la pregunta, la dificultad para esperar turno y la irrupción en las actividades de otros niños. Para establecer como diagnóstico el TDAH deben cumplirse, al menos, seis síntomas de cada criterio. Esos síntomas deben estar presentes, como mínimo, durante seis meses, y manifestarse en más de un en¬torno. Además, algunos de los síntomas deben haber aparecido antes de los 7 años de edad. El tratamiento adecuado del TDAH debe abordarse, de forma coordinada, desde distintos campos terapéuticos: farmacológico (con la prescripción de un neurólogo o un psiquiatra), psicológico y psicopedagógico; teniendo siempre presente que ninguno de ellos es único ni puede sustituir a los demás.

martes, 17 de febrero de 2015

Beneficios de jugar en familia

El juego, con ser una diversión en sí, no debe ser exclusivo para la infancia por aquello de que para el adulto puede suponer una pérdida de tiempo, ya que resulta un medio no sólo para disfrutar en familia, sino, a través de él, observar, aprender, enseñar y trabajar una cohesión que fijará conductas y unirá a las familias deleitándolas. Por eso hemos resumido esta conclusión en 10 beneficios psicológicos que puede aportar el juego en familia: 1) Los progenitores son un aspecto imprescindible cuando un hijo juega, ya que son su referente, quienes le enseñan cómo y con qué jugar, al regalarle los juguetes y explicarle su funcionamiento. 2) A través del juego los padres ayudan a su prole a desarrollar la imaginación y la socialización. 3) El juego hace que mejore la relación paterno-filial. También, con hermanos, hace que se conozcan mutuamente y mejore su relación. 4) Jugando, los hijos sentirán que sus padres no son sólo una figura de autoridad que está presente en su educación, sino también en la diversión y el disfrute, lo que supone también una importante forma de expresar el cariño. 5) Cuando un niño termina un puzle o coloca bien una pieza, y los adultos le felicitan por ello, contribuyen a mejorar su autoestima y motivación. La sensación positiva que se produce en el hijo hace que quiera repetirlo con mayor frecuencia y que se enfrente con más fuerza a nuevos retos y actividades. 6) Jugar con los hijos es una forma de conocer sus necesidades e intereses, porque los niños suelen expresar sus sentimientos y preocupaciones a través del juego. 7) El juego también muestra cuáles son las habilidades, limitaciones y virtudes de los niños, lo que supone para los padres una valiosa información sobre las aptitudes, los gustos y el carácter de sus hijos. 8) Jugar es una estupenda manera de aprender los unos de los otros, porque los hijos pueden enseñar cosas a los padres a través del juego, igual que los padres enseñan a sus hijos. 9) Es una fuente de experimentación y conocimiento de uno mismo y de los que le rodean, tanto con los padres como con los hermanos, ya que, al jugar todos juntos y observarse entre ellos, aprenden. Además, toman conciencia de la pertenencia a un grupo. 10) También aprenden a relacionarse, a respetarse y a cumplir las normas sociales para integrarse mejor en el grupo. En conclusión, lo importante en el juego no es el resultado final, quién gane o quién pierda, sino todo el proceso y el tiempo que se ha compartido. Por último, es importante tener en cuenta que no sólo es necesario jugar en familia, los niños también deben aprender a jugar solos y con sus iguales.

viernes, 13 de febrero de 2015

Nuevas conductas adictivas

El concepto de conducta adictiva ha sido definido como el uso repetido y abusivo de una sustancia y/o la implicación compulsiva en la realización de una conducta determinada que, de forma directa o indirecta, modifica el medio interno del individuo de tal forma que obtiene un reforzamiento inmediato por el consumo o por la realización de esa conducta. El vertiginoso desarrollo de las nuevas tecnologías hace que estas estén presentes en nuestra vida cotidiana de forma constante, llegando a ser imprescindibles para nuestros quehaceres diarios. Normalmente, la sociedad actual relaciona el término de adicción al consumo de sustancias, pero la realidad nos pone de manifiesto la existencia de las llamadas “adicciones sin sustancias” o “nuevas adicciones”, que surgen cuando son mal utilizadas e impiden la realización de otras actividades. Aunque este tipo de adicción puede darse en cualquier rango de edad, demográficamente son los adolescentes los que más lo sufren. De hecho, en un estudio realizado por la Fundación Pfizer en 2009, se observo que el 98% de los jóvenes españoles de 11 a 20 años es usuario de Internet. De ese porcentaje, siete de cada 10 afirman acceder a la red por un tiempo diario de, al menos, 1,5 horas, pero sólo una minoría (en torno al 3% o al 6%) hace un uso abusivo de Internet. Estos datos, nos confirman el dato alarmante de que hay un alto grado de uso de las nuevas tecnologías entre los adolescentes y jóvenes. Señales de alarma Los principales indicadores que nos ayudarían a identificar una posible pendencia a las TIC o a las redes sociales y que pueden reflejar el paso de una afición en una adicción en adolescentes son las siguientes: 1. Privarse de sueño (menos de 5 horas) para estar conectado a la red, a la que se dedica unos tiempos de conexión anormalmente altos. 2. Descuidar otras actividades importantes, como el contacto con la familia, las relaciones sociales, el estudio o el cuidado de la salud. 3. Recibir quejas en relación con el uso de la red de alguien cercano, como los padres o los hermanos. 4. Pensar en la red constantemente, incluso cuando no se está conectado a ella y sentirse irritado excesivamente cuando la conexión falla o resulta muy lenta. 5. Intentar limitar el tiempo de conexión, pero sin conseguirlo, y perder la noción del tiempo. 6. Mentir sobre el tiempo real que se está conectado o jugando a un videojuego. 7. Aislarse socialmente, mostrarse irritable y bajar el rendimiento en los estudios. 8. Sentir una euforia y activación anómalas cuando se está delante del ordenador. Por ello, el conectarse al ordenador nada más llegar a casa, encender el ordenador nada más levantarse y ser lo último que se hace antes de acostarse, reducir el tiempo de las tareas diarias como: comer, dormir, estudiar o charlar con la familia, configuran el perfil de un adicto a Internet. Más que el número de horas conectado a la red, lo determinante es el grado de interferencia en la vida cotidiana. Estrategias para la prevención El uso de las nuevas tecnologías e internet en el hogar es una práctica muy integrada en todos los hogares españoles. Por eso, es muy complicado para un padre pedirle a su hijo que no abuse de ellas, cuando es él mismo el que se las pone al alcance de la mano. Además, en muchas ocasiones son los adolescentes los que enseñan a los padres cómo utilizarlas. A pesar de ello, los padres deben ayudar a los adolescentes a desarrollar las habilidades sociales adecuadas, lo que, entre otras cosas, supone: 1. Limitar el uso de aparatos y pactar las horas de uso del ordenador. 2. Fomentar la relación con otras personas. 3. Potenciar aficiones tales como la lectura, el cine y otras actividades culturales. 4. Estimular el deporte y las actividades en equipo. 5. Desarrollar actividades grupales, como las vinculadas al voluntariado. 6. Estimular la comunicación y el diálogo en la propia familia. Conclusiones La prevención ante este tipo de adicciones es fundamental para que no se conviertan en un dato preocupante. Por ello, tanto padres como educadores, deben instruir a los adolescentes en el uso adecuado de esta droga silenciosa y bien vista socialmente. El hecho de tener en sus manos el último modelo de Iphone, HTC, el tener el ordenador más moderno con las últimas actualizaciones, etc., conductas todas ellas alentadas por la sociedad consumista en la que nos encontramos inmersos, no ayudan a que esa prevención pueda llevarse a cabo de manera fácil.

domingo, 1 de febrero de 2015

Mantenerse siempre ocupado

Mente ocupada, mente feliz. Las personas que se mantienen ocupadas tienden a sentirse más felices que las personas que se aburren. Mantener la mente ocupada, incluso en actividades relativamente sin sentido, como hacer pasatiempos, logra que las personas se sientan más felices si las comparamos con las que no ocupan su tiempo. Los investigadores sobre este tema comentan que el deseo de evitar el aburrimiento y la depresión, junto al ocio motivador, son factores importantes para mantenerse ocupados. La necesidad de ganarse la vida o de ayudar a los demás son otros factores. El fenómeno general que nos interesa es por qué las personas están ocupadas haciendo lo que están haciendo en la sociedad moderna. La gente va corriendo, trabaja duro, va más allá del nivel básico... La Investigación A un grupo de voluntarios se les pidió que completaran una encuesta, luego tenían que esperar 15 minutos hasta la siguiente encuesta. A los voluntarios se les dieron dos opciones: Entregar la encuesta y no hacer nada durante esos 15 minutos Entregar la encuesta y dar un paseo durante esos 15 minutos En ambas opciones se les daba un caramelo a los participantes cuando entregaron la encuesta. Los voluntarios que dieron un paseo se encontraban más felices que los que se quedaron sin hacer nada durante 15 minutos. Sin embargo, si los caramelos que se ofrecían eran distintos los participantes vencían su pereza y casi todos se apuntaban a dar un paseo. Los investigadores opinan que esto puede deberse a que fueron capaces de identificar una razón para dar aquel paseo. Mantente ocupado a cualquier edad: A muchas personas, después de toda una vida de trabajo, cuando les llega la jubilación caen en una depresión. De repente no saben qué hacer, se sienten inútiles y poco a poco reducen sus actividades hasta prácticamente ponerse delante de un televisor y poco más. Sin embargo, otras personas, antes que llegue su jubilación ya tienen pensadas las cosas que les gustaría visitar, aprender, probar, practicar. Estas personas encuentran que tener tiempo libre es una oportunidad para enriquecerse. Es más probable que las personas que tienen su mente ocupada se cuiden más y tenga mejor salud que las que están inactivas. Mantener la mente ocupada contribuye a la salud mental, no importa la edad, hay cosas que siempre puedes hacer por mantener la mente activa. Fortalece tu memoria: Aprende una palabra nueva cada día, algún refrán o frase nueva que te guste. Escríbela al menos tres veces y repítela. Lee todo lo que puedas: Leer ayuda a tener más vocabulario, contribuye a estimular la imaginación y enriquece. Pasea todos los días: La actividad física es saludable y favorece la interacción social, se puede salir a pasear en grupo y disfrutar mientras se pasea. Haz crucigramas y juega a juegos de mesa Se ha comprobado que hacer crucigramas y participar en juegos de mesa pueda retrasar el deterioro cognitivo en personas con predisposición a padecer Alzheimer. Juega a videojuegos alguna vez por semana: Hay muchos videojuegos que estimulan la concentración, mantienen la alerta mental y además trasladan a mundos completamente distintos. No se trata de jugar todos los días, sino de usarlos alguna vez a la semana. Hay videojuegos que además recrean actividades físicas, que no requieren estar sentado y que se pueden practicar junto a otras personas. Presta tu ayuda, hazte voluntario: Ayuda a enfermos, niños, personas mayores, inmigrantes… Hay muchas ONG y asociaciones donde tu ayuda es importante.

domingo, 18 de enero de 2015

La actitud ante la enfermedad

Mantener una actitud positiva es beneficioso en cualquier aspecto de la vida. En el caso de tener que afrontar una enfermedad grave lo es todavía más. Cualquier persona tras ser diagnostica de una enfermedad ve por un instante cómo su vida se trunca. Su mente empieza a ser bombardeada por millones de preguntas y sus emociones empiezan a emerger de forma incontrolada. La actitud cura: afrontar la enfermedad desde el lado positivo La reacción más lógica ante estas circunstancias es la negación, la explosión de rabia, la ira y el dolor. La tristeza y el abatimiento se apoderan de la persona y de sus seres queridos. Pasada esta fase inicial es cuando las personas empiezan a adoptar una determinada actitud o un posicionamiento ante la nueva situación que les ha tocado vivir y ésta es la diferencia que marcará la diferencia. ¿Para qué complicar más las cosas con pensamientos negativos? Aceptar la situación lo antes posible Lo más recomendable es aceptar la situación lo antes posible; para poder cambiar algo, primero debemos ser conscientes de ello. Hay que evitar adelantarse a los acontecimientos. Lo que está por venir nadie lo sabe y ponerse en lo peor no nos ayuda a prevenirlo. Lo mejor es centrarse en el siguiente paso y después en el siguiente, y poco a poco ir avanzando, atajando las dificultades conforme se vayan presentando. Si no, podemos caer en el error de preocuparnos por algo que quizás nunca ocurra. El principal enemigo es el miedo: El principal enemigo contra el que se lucha en una enfermedad es el miedo. La incertidumbre de no saber a lo que hay que enfrentarse es lo que nos hace generar sufrimiento. La mejor manera de combatir esa incertidumbre es pedir información. Hay personas que eligen no saber, cuando creemos que es preferible hablar con los médicos y pedir las explicaciones necesarias para conocer con la mayor exactitud posible qué nos pasa y cómo podemos solucionarlo. El tratamiento lo decidirán los médicos, cómo se va a afrontar ese tratamiento lo decide el paciente. Hay personas que optan por compadecerse de ellas mismas, recreándose en el dolor y adoptando el rol de víctimas, lo cual no les beneficia en absoluto. Las personas que desde el principio se predisponen a situarse en el lado positivo presentarán de entrada un mejor pronóstico. Rodéate de tus personas más queridas: En los momentos difíciles es cuando necesitamos estar cerca de las personas más queridas y es cuando nos damos cuenta de con quién contamos y con quién no. Además, es fundamental rodearnos de aquellos que nos transmitan energía positiva y grandes dosis de optimismo. El sentido del humor, sentirse querido y compartir los sentimientos son los ingredientes perfectos para indicarle al cuerpo y al cerebro que tenemos mucho que decir sobre cómo va a ser el proceso de curación. Se ha comprobado que existe una relación directa entre el cuerpo, la mente y las emociones. Algunos investigadores lo han bautizado con el nombre de psiconeuroinmunología, término que se refiere a esa interacción biológica entre el sistema nervioso, el sistema inmune, el sistema endocrino, las actitudes y los comportamientos y en cómo esta relación afecta en el desarrollo de enfermedades o en sus procesos curativos. Son muchos los médicos que aseguran que la actitud del paciente y su estado emocional son determinantes en la evolución de la enfermedad. Trabajemos para aumentar nuestro optimismo: Para ello es conveniente hacer cosas que nos ayuden a mantener el optimismo, como ponernos en contacto con personas que hayan pasado por una situación similar, escribir un diario o crear un blog, escuchar música alegre que nos llene de vitalidad, engancharse a un libro o ver películas divertidas. Y, sobre todo, compartir y expresar lo que sentimos, darnos permiso para llorar, para estar tristes y para desahogarnos de la manera que cada necesitemos. Esto también forma parte de la mejoría emocional. Ser optimista cuando las cosas van bien es fácil, pero serlo cuando estamos pasando una enfermedad requiere un esfuerzo mucho mayor. Si sentimos que no podemos hacerlo solos, siempre podemos buscar ayuda de un profesional; lo importante es tener la certeza de que una buena actitud puede ser determinante para curarnos, y de que querer afrontar la enfermedad desde el lado positivo depende de nosotros.

Cómo superar los miedos

Incluso las personas más valientes tienen miedos que deben superar. ¿Le temes a algo tangible, como a las arañas o a las alturas? Quizás le temes al fracaso, al cambio o a algo que es más difícil de precisar. Sin importar qué es lo que te atemoriza, aprende a aceptarlo, a afrontarlo y a tomar el control de tu miedo para evitar que te reprima a lo largo de tu vida. Analiza tu miedo: Comienza por admitirlo. Es fácil ignorar o negar nuestros miedos, incluso a nosotros mismos, en una sociedad que enfatiza la importancia de ser fuerte y valiente. Sin embargo, el valor no puede entrar en juego a menos que tengas un miedo al que hacerle frente. Al reconocer tus sentimientos has dado el primer paso para obtener el control de la situación. En ocasiones, el miedo se da a conocer de inmediato y con claridad mientras que en otras es más difícil determinar la causa de esos sentimientos de ansiedad que acechan en el fondo de tu mente. Deja que tu miedo salga a la superficie y dale un nombre. Escríbelo: Escribir tu miedo es una manera de admitir oficialmente que tienes un problema que quieres superar. Llevar un diario es una buena forma de registrar tu progreso a medida que te esfuerzas por conquistar tu miedo. Puede servir como una guía para la próxima vez que tengas un problema que necesites solucionar. Puedes superar el miedo al hacerle frente cada vez que se interponga en tu camino y, una vez que hayas tomado una decisión, tus miedos desaparecerán. Define su forma: Abordar tu miedo como algo que tiene un inicio y un final puede ayudarte a ver que tienes el poder para contenerlo. Si puedes ver claramente la forma de tu miedo, podrás reconocerlo cuando te afecte y manejarlo de manera más eficaz. Responde las siguientes preguntas para entender mejor tu miedo. ¿Cuál es la historia de tu miedo? ¿Comenzó con una experiencia negativa? ¿Está relacionado a factores que afectaron el entorno de tu niñez? Desde hace cuánto tiempo te ha afectado? ¿Qué origina tu miedo? ¿Es algo obvio, como la señal de una serpiente sobre un camino? Quizás pasar por la puerta de la oficina de tu orientador profesional hace que tu mente caiga en una espiral descendente desde que caminas por el pasillo de la escuela. Descubre todo lo que desencadena tu miedo para que puedas determinar qué tan lejos se extiende. ¿Cómo te afecta tu miedo? ¿Hace que te quedes en la cama en lugar de levantarte e ir a una clase en la cual tienes miedo de fracasar? ¿Evitas visitar a tu familiar en otra ciudad porque no quieres subirte a un avión? Averigua exactamente qué influencia tiene tu miedo sobre tu mente y tu comportamiento. ¿La fuente de tu miedo es algo peligroso? El miedo puede ser una emoción sana que nos protege de los daños al hacernos evitar las cosas que son peligrosas. Determina si tienes una buena razón para tener miedo o si este es irracional o represor. Por ejemplo, si tienes miedo de subirte a esa montaña rusa totalmente extrema en el parque temático aun cuando todos tus amigos lo hacen, es posible que dicho miedo te inhiba. Si estás sano y tienes la edad correcta, puedes subirte a ella sin preocuparte por salir herido. Imagina el resultado deseado. Ahora que entiendes completamente tu miedo, piensa en qué quieres cambiar exactamente. Ya has fijado tu gran meta (quieres superar tu miedo), pero es importante fijarte metas concretas más pequeñas para ayudarte a llegar hasta allá. Por ejemplo: Si tienes miedo al compromiso, tu primera meta concreta podría ser salir con alguien durante más de un mes. Si tienes miedo a las alturas, quizás puedas fijarte como meta ir a un viaje de excursión con el club de actividades al aire libre de tu escuela. Si tu miedo es ir a la universidad, podrías comenzar por fijarte una meta de postular a tres escuelas. Si tienes miedo a las arañas, quizás quieras ser capaz de controlarte la próxima vez que veas a una en un baño. Controla tu miedo: Realiza una desensibilización gradual. A menudo, tenemos miedo de algo porque no hemos estado expuestos a eso el tiempo suficiente. Por lo general, la frase “el miedo a lo desconocido” se usa para describir la aversión automática que las personas sienten ante algo que es distinto. Si le temes a algo porque es un misterio, intenta exponerte a eso en dosis pequeñas hasta que puedas comprenderlo mejor y tu miedo comience a disiparse. Si le temes a las arañas, comienza por ver un dibujo mal hecho de una pintada con colores tontos. Cuando puedas ver esa caricatura y controlar tu reacción, comienza a ver fotos de arañas reales. Luego trata de barrer a las arañas muertas. A medida que ganes confianza mientras pasas por cada fase probándote a ti mismo que puedes controlar tu fobia, esta irá disminuyendo hasta que ya no sientas más que una punzada solo ante a las circunstancias más extremas. Si le temes a algo menos concreto, como al cambio, comienza por modificar un poco tu rutina diaria. Sal a correr en la mañana cada dos días o toma el autobús en lugar de manejar hasta el trabajo. Comenzarás a ver que eres capaz de manejar lo que la vida te dé y la confianza que desarrollarás te ayudará a lidiar con cambios mayores en tu vida. Considera la posibilidad de tener un afrontamiento directo. A veces, afrontar los miedos cara a cara es la mejor forma de superarlos. Esto es particularmente útil si hay una persona o situación en especial a la que le tienes miedo. Enfrentar la fuente de tus miedos puede permitirte ver que has enriquecido sus rasgos más temibles en tu mente y que en realidad no hay nada que temer. Imagina el peor escenario posible. ¿Qué es lo peor que podría pasar si saltases de lo más alto de la piscina o si hicieses una cita con un contador para analizar tus finanzas? Si sabes que vas a salir con vida por el otro lado y a estar orgulloso de tus logros, entonces adelante. Prepárate para lidiar con el fracaso: Afrontar un miedo es difícil y no siempre te conduce a una conclusión triunfante y disipación inmediata de dicho miedo. Probablemente tengas que afrontar tu miedo muchas veces antes de declararlo como conquistado. No permitas que el impulso disminuya: Se requiere una cierta cantidad de impulso para lidiar con el miedo. Cuando afrontas los contratiempos, puede ser tentador decidir rendirte. Mantente decidido a perseverar aun cuando superar tu miedo parezca imposible al tener estos consejos en mente: No confundas el miedo con el destino: Si le temes al fracaso, podrías decidir que tu destino es no comenzar con ese negocio de catering que siempre quisiste, mudarte de tu ciudad natal o superar el miedo a una interacción social. La verdad es que tú tienes el control de tu futuro. Tienes el poder para determinar el camino que tomarás. Resiste la tentación de esperar que las cosas salgan lo mejor posible y dejárselo al destino. No permitas que otras personas te repriman: Date cuenta de cuando alguien alimenta tus miedos al decirte que no eres adecuado o capaz de cambiar. Rodéate de gente que quiera que superes tus miedos y que logres tu potencial Sé valiente. Hay magia en la valentía. Sé valiente de una manera buena y moral. Significa que hagas lo que necesites hacer y lo que pienses que es moralmente correcto. Probablemente esto va mejor de la mano con la conquista de la ansiedad social. De seguro apreciarás la magia que la valentía traerá definitivamente a tu vida. Cambia tu forma de pensar en relación con el miedo Haz de tu miedo una fuente de fascinación: Las mismas cosas a las que les tememos también incitan sentimientos de euforia e incluso de pasión. Esa es la razón por la que las personas disfrutan de los deportes extremos, de las películas de terror y de nadar con tiburones durante las vacaciones. Intenta reformular tu miedo de una manera positiva y reconoce la emoción que puede ofrecerte. Cuando comiences a ver al miedo como una fuente de energía, podrías aceptar su papel en tu vida. Aprende lo más que puedas acerca de la fuente de tu miedo. ¿Por qué tiene tanto poder? ¿Qué te puede enseñar? Trata de afrontar tu miedo con esta perspectiva nueva en mente. ¿Se siente diferente? A algunas personas les gusta vivir al filo de su miedo y euforia. Comienza a ver al miedo como una oportunidad. Podemos usar al miedo como una herramienta para ayudarnos a identificar los problemas y solucionarlos con eficacia. Es un indicador, una bandera roja que nos advierte cada vez que debemos prestarle atención a algo. Una vez que el malestar inicial del miedo pase, examínalo con mayor detenimiento para ver lo que puedes aprender. Cuando le temes a algo desconocido, tómalo como una señal de que necesitas llegar a conocerlo mejor (ya sea una persona o situación). Si sientes un destello de miedo por un plazo o evento próximo a llegar, conviértelo en una oportunidad para elaborar un plan de acción que te ayude a estar completamente preparado, ya sea que signifique comenzar a escribir un artículo, ensayar para una obra de teatro o practicar un discurso. Si le temes al agua, piensa en las posibilidades que se te abrirán una vez que superes el miedo. Permite que el pensamiento de nadar y pasear en bote con tus amigos te motive para aprovechar esta oportunidad y enriquecer tu vida. Dale al miedo un lugar en tu vida Permítete tener miedo algunas veces. No hay forma de eliminar por completo el miedo de tu vida. Es una emoción tan válida como la alegría o la tristeza. El miedo forma el carácter y nos enseña a actuar con valentía. Si tienes muchos miedos, no seas duro contigo mismo. El miedo es una respuesta natural a las situaciones que están fuera de nuestro control y sentirlo significa que eres humano. No te exijas demasiado. Si tienes demasiado miedo de algo que puedes a menudo puedes evitar, como las tarántulas, es posible que no necesites obligarte a superarlo. Es importante tratar de superar los miedos que limitan tu vida, pero no te estreses con aquellos que no tienen un efecto real sobre ti. Celebra tus victorias. No esperes hasta haber superado completamente tu miedo para felicitarte por tu esfuerzo. Celebra cada progreso, ya sea que le hayas contado una historia a un grupo de personas en una fiesta, que hayas visto a una araña y te hayas dado cuenta de que no querías correr o que tú mismo hayas decidido hacer un viaje a una ciudad diferente por primera vez. Cuando veas lo bien que se siente obtener una ventaja sobre tu miedo, estarás listo para subir el próximo escalón. Consejos Considera la posibilidad de consultar con un consejero en caso de que tus miedos parezcan tener el control. Un especialista capacitado puede ayudarte a descubrir la fuente de tus miedos y a crear formas nuevas de lidiar con él. Nunca hagas nada demasiado peligroso, como tocar a una serpiente de cascabel venenosa sin el entrenamiento adecuado. Asegúrate de actuar con seguridad a medida que enfrentas tus miedos.