domingo, 14 de diciembre de 2014

Acercándonos a la felicidad

Querer ser felices es un deseo por el que firmaríamos siempre, pero no se puede ser feliz sin aceptar que los contratiempos son parte de nuestra vida, por lo que debemos afrontarlos; aunque, eso sí, con la mejor disponibilidad posible, conscientes de que la felicidad completa no existe, entre otras cosas porque, considerada como la ausencia de males, el mal y el dolor son consuetudinarios con la relatividad humana y la felicidad sólo tiene sentido como contraposición a la tristeza, de la que podemos salir con la buena predisposición que nos proporciona el positivismo. Tampoco debemos considerar la felicidad como una meta en sí misma o un estado a lograr, sino como una elección interior y personal constante a llevar a cabo en cada momento, porque no hay nada ni nadie que nos pueda dar más felicidad de la que podamos darnos a nosotros mismos. Para orientarnos veamos unos pasos concretos a dar a diario con el fin de intentar ser más felices en medio de las preocupaciones diarias. 1. Agradecer, vivir en un estado de gratitud permanente con nosotros mismos y con cuanto nos rodea, siendo conscientes de que agradecer nos permite mejorar nuestra autoestima, autoconfianza y motivación de una forma tal que nos mantenga conscientes y convencidos de nuestro poder interior. 2. Sonreír, ya que la sonrisa y la risa son grandes activadoras de endorfinas, hormonas asociadas a la sensación de bienestar y felicidad internas, que tienen relación directa con la salud de nuestra mente y cuerpo. Sonreírle a la vida es una formidable y enriquecedora experiencia llena de contrastes y aprendizajes. 3. Ser flexibles, partiendo de que cuanto ocurre fuera de nosotros es transitorio y puede cambiar y porque siendo flexibles aceptaremos nuestras vivencias cotidianas como oportunidades de crecimiento permanente. 4. Vivir y disfrutar el momento, siendo conscientes de que debemos afrontar cada momento de nuestra vida como forma de ponernos en contacto con nuestro interior y con el poder que encierra el disfrute de cada momento. 5. Ser generosos en intentar salir de nuestros dramas personales y en darnos a los demás, aceptando que nuestra vida es mejor de lo que pensamos y que la felicidad se encuentra muchas veces en las cosas más sencillas. Para ello sigamos los siguientes pasos: Tener siempre una actitud positiva, buena disposición, dar importancia al momento, cuidar nuestra propia imagen, proponernos metas, buen humor permanente, perdonar las afrentas, darnos con generosidad y potenciar las aficiones y las relaciones sociales. ¡Que seáis felices!