domingo, 18 de enero de 2015

La actitud ante la enfermedad

Mantener una actitud positiva es beneficioso en cualquier aspecto de la vida. En el caso de tener que afrontar una enfermedad grave lo es todavía más. Cualquier persona tras ser diagnostica de una enfermedad ve por un instante cómo su vida se trunca. Su mente empieza a ser bombardeada por millones de preguntas y sus emociones empiezan a emerger de forma incontrolada. La actitud cura: afrontar la enfermedad desde el lado positivo La reacción más lógica ante estas circunstancias es la negación, la explosión de rabia, la ira y el dolor. La tristeza y el abatimiento se apoderan de la persona y de sus seres queridos. Pasada esta fase inicial es cuando las personas empiezan a adoptar una determinada actitud o un posicionamiento ante la nueva situación que les ha tocado vivir y ésta es la diferencia que marcará la diferencia. ¿Para qué complicar más las cosas con pensamientos negativos? Aceptar la situación lo antes posible Lo más recomendable es aceptar la situación lo antes posible; para poder cambiar algo, primero debemos ser conscientes de ello. Hay que evitar adelantarse a los acontecimientos. Lo que está por venir nadie lo sabe y ponerse en lo peor no nos ayuda a prevenirlo. Lo mejor es centrarse en el siguiente paso y después en el siguiente, y poco a poco ir avanzando, atajando las dificultades conforme se vayan presentando. Si no, podemos caer en el error de preocuparnos por algo que quizás nunca ocurra. El principal enemigo es el miedo: El principal enemigo contra el que se lucha en una enfermedad es el miedo. La incertidumbre de no saber a lo que hay que enfrentarse es lo que nos hace generar sufrimiento. La mejor manera de combatir esa incertidumbre es pedir información. Hay personas que eligen no saber, cuando creemos que es preferible hablar con los médicos y pedir las explicaciones necesarias para conocer con la mayor exactitud posible qué nos pasa y cómo podemos solucionarlo. El tratamiento lo decidirán los médicos, cómo se va a afrontar ese tratamiento lo decide el paciente. Hay personas que optan por compadecerse de ellas mismas, recreándose en el dolor y adoptando el rol de víctimas, lo cual no les beneficia en absoluto. Las personas que desde el principio se predisponen a situarse en el lado positivo presentarán de entrada un mejor pronóstico. Rodéate de tus personas más queridas: En los momentos difíciles es cuando necesitamos estar cerca de las personas más queridas y es cuando nos damos cuenta de con quién contamos y con quién no. Además, es fundamental rodearnos de aquellos que nos transmitan energía positiva y grandes dosis de optimismo. El sentido del humor, sentirse querido y compartir los sentimientos son los ingredientes perfectos para indicarle al cuerpo y al cerebro que tenemos mucho que decir sobre cómo va a ser el proceso de curación. Se ha comprobado que existe una relación directa entre el cuerpo, la mente y las emociones. Algunos investigadores lo han bautizado con el nombre de psiconeuroinmunología, término que se refiere a esa interacción biológica entre el sistema nervioso, el sistema inmune, el sistema endocrino, las actitudes y los comportamientos y en cómo esta relación afecta en el desarrollo de enfermedades o en sus procesos curativos. Son muchos los médicos que aseguran que la actitud del paciente y su estado emocional son determinantes en la evolución de la enfermedad. Trabajemos para aumentar nuestro optimismo: Para ello es conveniente hacer cosas que nos ayuden a mantener el optimismo, como ponernos en contacto con personas que hayan pasado por una situación similar, escribir un diario o crear un blog, escuchar música alegre que nos llene de vitalidad, engancharse a un libro o ver películas divertidas. Y, sobre todo, compartir y expresar lo que sentimos, darnos permiso para llorar, para estar tristes y para desahogarnos de la manera que cada necesitemos. Esto también forma parte de la mejoría emocional. Ser optimista cuando las cosas van bien es fácil, pero serlo cuando estamos pasando una enfermedad requiere un esfuerzo mucho mayor. Si sentimos que no podemos hacerlo solos, siempre podemos buscar ayuda de un profesional; lo importante es tener la certeza de que una buena actitud puede ser determinante para curarnos, y de que querer afrontar la enfermedad desde el lado positivo depende de nosotros.

Cómo superar los miedos

Incluso las personas más valientes tienen miedos que deben superar. ¿Le temes a algo tangible, como a las arañas o a las alturas? Quizás le temes al fracaso, al cambio o a algo que es más difícil de precisar. Sin importar qué es lo que te atemoriza, aprende a aceptarlo, a afrontarlo y a tomar el control de tu miedo para evitar que te reprima a lo largo de tu vida. Analiza tu miedo: Comienza por admitirlo. Es fácil ignorar o negar nuestros miedos, incluso a nosotros mismos, en una sociedad que enfatiza la importancia de ser fuerte y valiente. Sin embargo, el valor no puede entrar en juego a menos que tengas un miedo al que hacerle frente. Al reconocer tus sentimientos has dado el primer paso para obtener el control de la situación. En ocasiones, el miedo se da a conocer de inmediato y con claridad mientras que en otras es más difícil determinar la causa de esos sentimientos de ansiedad que acechan en el fondo de tu mente. Deja que tu miedo salga a la superficie y dale un nombre. Escríbelo: Escribir tu miedo es una manera de admitir oficialmente que tienes un problema que quieres superar. Llevar un diario es una buena forma de registrar tu progreso a medida que te esfuerzas por conquistar tu miedo. Puede servir como una guía para la próxima vez que tengas un problema que necesites solucionar. Puedes superar el miedo al hacerle frente cada vez que se interponga en tu camino y, una vez que hayas tomado una decisión, tus miedos desaparecerán. Define su forma: Abordar tu miedo como algo que tiene un inicio y un final puede ayudarte a ver que tienes el poder para contenerlo. Si puedes ver claramente la forma de tu miedo, podrás reconocerlo cuando te afecte y manejarlo de manera más eficaz. Responde las siguientes preguntas para entender mejor tu miedo. ¿Cuál es la historia de tu miedo? ¿Comenzó con una experiencia negativa? ¿Está relacionado a factores que afectaron el entorno de tu niñez? Desde hace cuánto tiempo te ha afectado? ¿Qué origina tu miedo? ¿Es algo obvio, como la señal de una serpiente sobre un camino? Quizás pasar por la puerta de la oficina de tu orientador profesional hace que tu mente caiga en una espiral descendente desde que caminas por el pasillo de la escuela. Descubre todo lo que desencadena tu miedo para que puedas determinar qué tan lejos se extiende. ¿Cómo te afecta tu miedo? ¿Hace que te quedes en la cama en lugar de levantarte e ir a una clase en la cual tienes miedo de fracasar? ¿Evitas visitar a tu familiar en otra ciudad porque no quieres subirte a un avión? Averigua exactamente qué influencia tiene tu miedo sobre tu mente y tu comportamiento. ¿La fuente de tu miedo es algo peligroso? El miedo puede ser una emoción sana que nos protege de los daños al hacernos evitar las cosas que son peligrosas. Determina si tienes una buena razón para tener miedo o si este es irracional o represor. Por ejemplo, si tienes miedo de subirte a esa montaña rusa totalmente extrema en el parque temático aun cuando todos tus amigos lo hacen, es posible que dicho miedo te inhiba. Si estás sano y tienes la edad correcta, puedes subirte a ella sin preocuparte por salir herido. Imagina el resultado deseado. Ahora que entiendes completamente tu miedo, piensa en qué quieres cambiar exactamente. Ya has fijado tu gran meta (quieres superar tu miedo), pero es importante fijarte metas concretas más pequeñas para ayudarte a llegar hasta allá. Por ejemplo: Si tienes miedo al compromiso, tu primera meta concreta podría ser salir con alguien durante más de un mes. Si tienes miedo a las alturas, quizás puedas fijarte como meta ir a un viaje de excursión con el club de actividades al aire libre de tu escuela. Si tu miedo es ir a la universidad, podrías comenzar por fijarte una meta de postular a tres escuelas. Si tienes miedo a las arañas, quizás quieras ser capaz de controlarte la próxima vez que veas a una en un baño. Controla tu miedo: Realiza una desensibilización gradual. A menudo, tenemos miedo de algo porque no hemos estado expuestos a eso el tiempo suficiente. Por lo general, la frase “el miedo a lo desconocido” se usa para describir la aversión automática que las personas sienten ante algo que es distinto. Si le temes a algo porque es un misterio, intenta exponerte a eso en dosis pequeñas hasta que puedas comprenderlo mejor y tu miedo comience a disiparse. Si le temes a las arañas, comienza por ver un dibujo mal hecho de una pintada con colores tontos. Cuando puedas ver esa caricatura y controlar tu reacción, comienza a ver fotos de arañas reales. Luego trata de barrer a las arañas muertas. A medida que ganes confianza mientras pasas por cada fase probándote a ti mismo que puedes controlar tu fobia, esta irá disminuyendo hasta que ya no sientas más que una punzada solo ante a las circunstancias más extremas. Si le temes a algo menos concreto, como al cambio, comienza por modificar un poco tu rutina diaria. Sal a correr en la mañana cada dos días o toma el autobús en lugar de manejar hasta el trabajo. Comenzarás a ver que eres capaz de manejar lo que la vida te dé y la confianza que desarrollarás te ayudará a lidiar con cambios mayores en tu vida. Considera la posibilidad de tener un afrontamiento directo. A veces, afrontar los miedos cara a cara es la mejor forma de superarlos. Esto es particularmente útil si hay una persona o situación en especial a la que le tienes miedo. Enfrentar la fuente de tus miedos puede permitirte ver que has enriquecido sus rasgos más temibles en tu mente y que en realidad no hay nada que temer. Imagina el peor escenario posible. ¿Qué es lo peor que podría pasar si saltases de lo más alto de la piscina o si hicieses una cita con un contador para analizar tus finanzas? Si sabes que vas a salir con vida por el otro lado y a estar orgulloso de tus logros, entonces adelante. Prepárate para lidiar con el fracaso: Afrontar un miedo es difícil y no siempre te conduce a una conclusión triunfante y disipación inmediata de dicho miedo. Probablemente tengas que afrontar tu miedo muchas veces antes de declararlo como conquistado. No permitas que el impulso disminuya: Se requiere una cierta cantidad de impulso para lidiar con el miedo. Cuando afrontas los contratiempos, puede ser tentador decidir rendirte. Mantente decidido a perseverar aun cuando superar tu miedo parezca imposible al tener estos consejos en mente: No confundas el miedo con el destino: Si le temes al fracaso, podrías decidir que tu destino es no comenzar con ese negocio de catering que siempre quisiste, mudarte de tu ciudad natal o superar el miedo a una interacción social. La verdad es que tú tienes el control de tu futuro. Tienes el poder para determinar el camino que tomarás. Resiste la tentación de esperar que las cosas salgan lo mejor posible y dejárselo al destino. No permitas que otras personas te repriman: Date cuenta de cuando alguien alimenta tus miedos al decirte que no eres adecuado o capaz de cambiar. Rodéate de gente que quiera que superes tus miedos y que logres tu potencial Sé valiente. Hay magia en la valentía. Sé valiente de una manera buena y moral. Significa que hagas lo que necesites hacer y lo que pienses que es moralmente correcto. Probablemente esto va mejor de la mano con la conquista de la ansiedad social. De seguro apreciarás la magia que la valentía traerá definitivamente a tu vida. Cambia tu forma de pensar en relación con el miedo Haz de tu miedo una fuente de fascinación: Las mismas cosas a las que les tememos también incitan sentimientos de euforia e incluso de pasión. Esa es la razón por la que las personas disfrutan de los deportes extremos, de las películas de terror y de nadar con tiburones durante las vacaciones. Intenta reformular tu miedo de una manera positiva y reconoce la emoción que puede ofrecerte. Cuando comiences a ver al miedo como una fuente de energía, podrías aceptar su papel en tu vida. Aprende lo más que puedas acerca de la fuente de tu miedo. ¿Por qué tiene tanto poder? ¿Qué te puede enseñar? Trata de afrontar tu miedo con esta perspectiva nueva en mente. ¿Se siente diferente? A algunas personas les gusta vivir al filo de su miedo y euforia. Comienza a ver al miedo como una oportunidad. Podemos usar al miedo como una herramienta para ayudarnos a identificar los problemas y solucionarlos con eficacia. Es un indicador, una bandera roja que nos advierte cada vez que debemos prestarle atención a algo. Una vez que el malestar inicial del miedo pase, examínalo con mayor detenimiento para ver lo que puedes aprender. Cuando le temes a algo desconocido, tómalo como una señal de que necesitas llegar a conocerlo mejor (ya sea una persona o situación). Si sientes un destello de miedo por un plazo o evento próximo a llegar, conviértelo en una oportunidad para elaborar un plan de acción que te ayude a estar completamente preparado, ya sea que signifique comenzar a escribir un artículo, ensayar para una obra de teatro o practicar un discurso. Si le temes al agua, piensa en las posibilidades que se te abrirán una vez que superes el miedo. Permite que el pensamiento de nadar y pasear en bote con tus amigos te motive para aprovechar esta oportunidad y enriquecer tu vida. Dale al miedo un lugar en tu vida Permítete tener miedo algunas veces. No hay forma de eliminar por completo el miedo de tu vida. Es una emoción tan válida como la alegría o la tristeza. El miedo forma el carácter y nos enseña a actuar con valentía. Si tienes muchos miedos, no seas duro contigo mismo. El miedo es una respuesta natural a las situaciones que están fuera de nuestro control y sentirlo significa que eres humano. No te exijas demasiado. Si tienes demasiado miedo de algo que puedes a menudo puedes evitar, como las tarántulas, es posible que no necesites obligarte a superarlo. Es importante tratar de superar los miedos que limitan tu vida, pero no te estreses con aquellos que no tienen un efecto real sobre ti. Celebra tus victorias. No esperes hasta haber superado completamente tu miedo para felicitarte por tu esfuerzo. Celebra cada progreso, ya sea que le hayas contado una historia a un grupo de personas en una fiesta, que hayas visto a una araña y te hayas dado cuenta de que no querías correr o que tú mismo hayas decidido hacer un viaje a una ciudad diferente por primera vez. Cuando veas lo bien que se siente obtener una ventaja sobre tu miedo, estarás listo para subir el próximo escalón. Consejos Considera la posibilidad de consultar con un consejero en caso de que tus miedos parezcan tener el control. Un especialista capacitado puede ayudarte a descubrir la fuente de tus miedos y a crear formas nuevas de lidiar con él. Nunca hagas nada demasiado peligroso, como tocar a una serpiente de cascabel venenosa sin el entrenamiento adecuado. Asegúrate de actuar con seguridad a medida que enfrentas tus miedos.

Tiempo de calidad para los hijos

Cómo pasar más tiempo con los hijos Podemos llenar nuestro tiempo de actividad frenética o de momentos para recordar. Según las encuestas, para la mayoría de los españoles, la familia es lo primero, pero a la vez nos quejamos de disponer de poco tiempo para ella. A los niños les da mucha seguridad sentirse queridos viendo cómo sus padres se quieren. Disfrutar de nuestro tiempo de pareja nos hará disfrutar más del tiempo que estemos con nuestros hijos. Cuando los hijos son pequeños, muchas parejas se tambalean, y es una pena porque, precisamente, los hijos han venido a reforzar el amor que se tenían. Todo es cuestión de organizarse. ¿Qué podemos hacer para dar calidad al tiempo? Estas son algunas sugerencias: * Acostar a los niños antes. Muchas veces acostamos a los niños tarde para que el padre o la madre que viene tarde del trabajo los vea, cuando realmente supone un desgaste extra. Lo ideal es ingeniárselas para llegar antes del trabajo. Si de verdad es imposible, es mejor madrugar más y hacer desayunos largos, en los que aprovechemos para contarnos planes, las aventuras del día anterior... Las últimas horas del día son definitivas para «darle sentido a la vida»… No podemos estar a las diez de la noche dando cenas, baños, poniendo lavadoras o planchando, un día y otro. Es en esos momentos cuando uno se plantea ¿qué he hecho con mi vida? * Invertir en nosotros, así estaremos más descansados para nuestros hijos. El cansancio desgasta la relación de pareja. Muchas crisis conyugales tienen como solución salir más y buscar ayuda externa para las tareas de la casa, aunque sea a costa de prescindir de otras cosas. Es mejor tener menos ropa, peor coche o una decoración más sencilla que fracasar en la vida familiar. * Ver menos «tele». La televisión es el enemigo número uno del «tiempo de calidad», le siguen de cerca internet, los chats, los videojuegos… Si no apagamos las pantallas, se nos puede olvidar que somos los protagonistas principales de nuestra gran película: la vida. Queremos a nuestros hijos con locura, y la mejor forma de demostrárselo es escucharlos con atención, esforzarse por comprenderlos, saber reconocer la parte de verdad o la verdad entera que pueda haber en algunas de sus rebeldías. Y esto requiere dedicación. Es más importante la calidad que la cantidad, pero, si es posible, lo mejor es disponer de cantidad de tiempo de calidad. Ideas para sacar tiempo para los niños * Fomentar las tertulias, especialmente las que se inician en las comidas y se prolongan después de comer. * Limitar el uso de la TV, que, además de quitar tiempo de juegos y estudio, suprime el diálogo en las familias. Aún siendo un recurso cómodo para controlar a los niños, es conveniente restringir su uso. * Crear un clima de confianza en el que se pueda hablar de todo. * Dedicar unos minutos en exclusiva a cada hijo a diario, en los que los miremos con atención, sin hacer otra cosa que contemplarlos. Un momento estupendo es por la noche, al acostarlos, porque los hace sentirse importantes, queridos, en una palabra. * Organizar planes en familia, como mínimo una vez al mes. La infancia de nuestros hijos es un tiempo irrepetible para ellos y para nosotros. No se trata de llenar nuestro tiempo de actividades, sino de momentos compartidos. El problema de muchas familias es que viven pero no conviven.

viernes, 16 de enero de 2015

Sobre el agradecimiento

La gratitud no sólo es la más grande de las virtudes, sino que engendra todas las demás. Disciplinas científicas como la psicología positiva o la psicología humanista analizan, potencian y desarrollan aquellos aspectos más positivos del ser humano. La felicidad, el bienestar, la creatividad, la inteligencia emocional, la sabiduría, la resiliencia, el buen humor o la serenidad son conceptos y realidades que les incumben. De todas ellas destaca una en particular, el valor de la gratitud, por su gran poder transformador que se manifiesta a través del agradecimiento. ¿Te has cuestionado alguna vez el poder regenerador de la gratitud? ¿Cómo manifiestas gratitud? ¿Qué sientes al conectar con la gratitud? Hoy, ¿cuántas veces has expresado agradecimiento? ¿En qué situaciones podrías mostrar agradecimiento? ¿Qué ocasiones has dejado pasar por indolencia, timidez o “ya se lo diré”, “ya lo sabe,…”? La gratitud es una cualidad humana vinculada a la madurez y a la salud psicológica de las personas. La gratitud es un valor fundamental indispensable en nuestra vida afectiva e incluso es un valor que nos trasciende y nos conecta con nuestra espiritualidad. Actualmente se está educando poco en el agradecimiento. Agradecer es dar las gracias para siempre. Pero no todos podemos entender el agradecimiento de la misma manera, en todas las circunstancias. El agradecimiento es el reconocimiento del valor de lo que alguien ha hecho por el mundo, por seres que amamos o por nosotros mismos. Puede despertar la necesidad de dar las gracias, desde la más pura alegría del momento o también puede generarnos un sentimiento de deuda que se mantenga a lo largo de toda nuestra vida. Hay personas que no tienen ningún problema en ser agradecidas, en cambio se incomodan cuando reciben el reconocimiento o la gratitud de los demás. Por modestia, pudor, humildad o porque no creen en su propio valor y no saben cómo integrar el agradecimiento de los demás hacia ellas. Tú, ¿cómo vives el agradecimiento de otras personas hacia ti? ¿Lo minimizas, lo rechazas, te avergüenza, lo relativizas, lo necesitas, lo agradeces? ¿Piensas que lo que hacen los demás tiene mucho más valor que lo que haces tú? Cuando reconocemos un favor que nos han hecho y damos las gracias establecemos un vínculo, un lazo que se mantendrá hasta que podamos corresponder o incluso, habiendo correspondido, conservar el sentimiento para siempre. Este reconocimiento implica adquirir un compromiso, establecer un vínculo profundo. Vivimos en una sociedad en la que hay el convencimiento, la creencia, de que “somos sujetos de derecho” y por tanto, nos lo merecemos y tenemos derecho a todo, tanto en lo personal como en lo profesional, lo que implica que no tenemos nada que agradecer. Es como si todo lo que los demás hacen por nosotros fuera su obligación, lo damos por supuesto y por tanto no hay nada que agradecer, ni a nadie a quien agradecer. Somos indiferentes al esfuerzo, a los detalles o la generosidad de los demás. Nos es muy cómodo pensar, “yo no se lo pedí”, “si lo dieron o lo hicieron es porque quisieron”. “No hace falta agradecer nada, a mí tampoco me lo agradecen”. Vivimos en una sociedad en la que creemos que el dinero es muestra de reconocimiento, como “hemos pagado”, ya no hace falta expresar gratitud. Nos decimos a nosotros mismos: “con lo que le he pagado ya no estoy en deuda”, “por eso cobra, es su trabajo”. Esto es muy frecuente en los entornos laborales, donde se supone que el agradecimiento se expresa a través de una nómina o de un cheque a final de mes. Imaginemos por un momento que en lugar de dar por sentado que nos lo deben, que lo pagamos, que nos lo merecemos, pensáramos en todo aquello a lo que el otro ha renunciado, en todo aquello que el otro ha entregado para que nosotros, ahora, podamos disfrutar, aprovechar, utilizar, aprender o crecer. ¿Somos conscientes de toda la gratitud que no somos capaces de expresar o reconocer? Para un momento y reflexiona. Haz una lista de todo lo que das por supuesto que ha de estar ahí, para ti. Medita y date cuenta de quién hay detrás. Agradece todo lo que los demás, perfectos desconocidos, hacen para que tu vida sea más fácil, agradable, tranquila, sencilla,… Necesitamos despertar y conectar con el agradecimiento. Hace falta educar en el agradecimiento. La gratitud nos permite establecer vínculos sanos y poderosos entre todos nosotros. Podemos diagnosticar la salud o enfermedad psicológica y emocional de una persona, de una pareja, de una familia, de una empresa o de una sociedad por el caudal de reconocimiento y gratitud que circula por sus venas. ¿Qué sientes cuando aprovechas el trabajo de otros? ¿Qué piensas? ¿Qué haces? La felicidad pasa por el agradecimiento. La gratitud es lo opuesto al resentimiento. Agradecer de verdad las cosas, además de ser un acto de justicia o precisamente por eso, aumenta la paz interior, nos aporta dicha y serenidad. Agradecer es recordar. Expresar gratitud tiene numerosos beneficios, como una mayor felicidad, relaciones más satisfactorias y paz mental. La gratitud se considera una virtud en casi todas las culturas. La gratitud tiene también una gran capacidad para producir cambios en las personas. Expresar gratitud es un camino hacia una mayor felicidad. Pero las personas no siempre tienen tendencia a expresar gratitud. Por tanto, es una virtud que debe ser aprendida y cultivada. Los efectos de la gratitud: Aumenta la autoestima y la sensación de valía personal Incrementa el comportamiento ético Ayuda a construir vínculos con los demás Ayuda a afrontar el estrés, trauma y adversidad Inhibe las comparaciones negativas con los demás Nos ayuda a adaptarnos a nuevas circunstancias Ayuda a combatir las emociones negativas La gratitud puede expresarse de diversas formas. Puedes sentirte agradecido muchas veces a lo largo del día por las pequeñas cosas que te suceden, aunque sea encontrar aparcamiento con facilidad, tener un buen día en el trabajo, que tus hijos pongan la mesa sin pelearse o que florezca una planta en tu balcón. También puedes expresar gratitud a los demás, no sólo por hacerte algún favor, sino tan solo por ser parte de tu vida, escuchar tus problemas o no rechazarte cuando tienes un mal día y estás de mal humor. Expresar gratitud no tiene nada que ver con la religión o la creencia en dios. Puedes estar agradecido a la vida, al mundo, a tu ser interior, a todo en general o a nada en particular. Es tan solo esa sensación de agradecimiento que no es necesario dirigir hacia nada ni nadie en particular. Cómo aumentar tu gratitud Si quieres expresar más sentimientos de gratitud y conocer sus beneficios, estas son algunas de las cosas que puedes hacer: 1. Proponte prestar más atención a cualquier momento de tu vida por el que puedes expresar gratitud. 2. Utiliza un diario de gratitud, donde escribas cada día las cosas buenas que te hayan pasado, por pequeñas que sean. Esto hará que tu atención se centre más en lo positivo de tu día a día y te ayuda a ser consciente de las cosas por las que puedes estar agradecido. 3. Escribe una carta de gratitud a una persona a quien te sientas agradecido por algo. No es necesario que envíes esa carta, aunque enviarla o dársela a esa persona puede aumentar los efectos positivos. 4. Busca una persona con la que practicar la gratitud. Consiste en ponerte de acuerdo con alguien para contaros las cosas buenas que os suceden. Cada uno debe procurar escuchar al otro y sentir su alegría y gratitud, compartiéndola y alegrándose por la otra persona. 5. Expresa gratitud a los demás. Exprésales directamente tu agradecimiento por lo que hacen por ti, sus detalles, su amabilidad, o el efecto que tienen en tu vida. 6. Concéntrate en el sentimiento de gratitud y trata de evocarlo. Piensa en algo por lo que te sientes muy agradecido y cuando aparezca ese sentimiento de gratitud, concéntrate en él, siéntelo plenamente durante un rato, deja que invada todo tu ser y apréndetelo. Acostúmbrate a evocarlo de este modo, para sentirlo con frecuencia durante el día. Recuerda que puedes ir caminando por la calle y estar experimentando ese sentimiento de gratitud sólo por caminar al aire libre, porque hace sol o porque llueve, porque llegas a fin de mes, porque tienes a alguien importante en tu vida, por cualquier cosa, porque mientras lo estés sintiendo serás más feliz y te sentirás mejor contigo mismo, con los demás y con el mundo a tu alrededor.

domingo, 11 de enero de 2015

Consejos para combatir la soledad

La soledad, aunque es un sentimiento natural, no es algo que queramos experimentar, salvo cuando es requerida como mecanismo de liberación después de jornadas de estrés.. Si se es propenso a sentirse solo como resultado de la ausencia de un ser querido o lugar, o si se está preparando para pasar un tiempo lejos de tus amigos y familiares, existen muchas maneras de evitar la soledad. Expongamos los cambios que se pueden hacer por sí mismo, estemos más tiempo con amigos y familiares y aprendamos a evitar los mecanismos de defensa adictivos. Parte 1 de 3: Pasar tiempo con uno mismo Pongamos en orden nuestras emociones. Antes de que podamos empezar a deshacernos de la soledad, es necesario determinar qué es exactamente lo que está provocando sentirnos solos. ¿Extrañamos a una persona determinada o un lugar en particular? ¿Por lo general sentimos que no tenemos amigos, o que los amigos que tenemos no son tan cercanos? Determinemos por qué estamos solos, para intentar dar una solución inmediata a nuestro problema; no todos podemos especificar dónde se originaron nuestros sentimientos de soledad. Si extrañamos a una persona o lugar en particular que no podemos visitar, gran parte de nuestra resolución de problemas deberá ser introspectiva. Si deseamos tener más amigos o nos sentimos aislados, entonces la solución será salir y conocer gente nueva Tratemos de llevar un diario si no estamos seguros de por qué nos sentimos solos. Seamos lo más específicos posible. No nos sintamos avergonzados por las causas de nuestra soledad. Es un sentimiento perfectamente normal con el que todo el mundo lucha en un momento u otro. Concentrémonos en nuestra salud. Antes de hacer cualquier otro cambio, debemos observar nuestra propia salud en busca de indicadores de causas de la soledad. Muchas veces la falta de sueño, ejercicio y alimentos saludables puede hacer que sintamos apatía y depresión, lo que conduce a la soledad a través del tiempo. Pasemos una semana realizando cambios positivos en nuestra salud; tratemos de dormir ocho horas cada noche, tratemos de acostumbrarnos a realizar por lo menos 30 minutos de actividad física, y reduzcamos el consumo de comida “chatarra” incorporando más frutas y verduras a nuestra dieta. Por lo menos, hacer estas cosas nos dará más energía y reducirá el estrés, que en general afecta nuestra actitud positiva y sentimientos de felicidad. Los estudios han demostrado que la falta de sueño y actividad física están relacionados con los sentimientos de soledad. Algunos alimentos, especialmente frutas y verduras, contienen hormonas que aumentan la felicidad. Volvamos a realizar un pasatiempo antiguo. Es fácil sentirse abrumado por el aislamiento o un masiva lista de "cosas por hacer", y no sólo nos quedamos sin tiempo en nuestra vida para las personas, sino también para nuestras actividades favoritas. Es mucho más difícil sentirnos solos si disfrutamos activamente una actividad, especialmente una en la que tenemos cierta habilidad o práctica. Si hemos tenido un pasatiempo que nos gusta o interesa, dediquemos algo de tiempo cada día para volver a practicarlo. Cada vez que nos sintamos golpeados por pinchazos de soledad, hagamos un esfuerzo consciente para dedicar tiempo a nuestro pasatiempo. Algunas nuevas ideas de pasatiempos pueden incluir: Leer de forma regular Practicar un deporte Hacer senderismo Comenzar a tejer o hacer ganchillos Aprender a cocinar o intentar nuevas recetas Pintar Jardinería Iniciemos un proyecto grande. En una tangente similar a realizar un pasatiempo, esforzarte en un gran proyecto puede ser una excelente manera de distraerte de los sentimientos actuales de soledad, y ayudarte a tener un propósito cuando todo lo que puedes querer hacer es acurrucarte en la cama. Lo que cuenta como un proyecto ‘grande’ puede variar de persona a persona; para una persona, podría significar pintar el interior de su casa. Para otra, puede significar comenzar un nuevo grado o conjunto de clases a través de una universidad en línea. Sea cual sea tu proyecto ‘grande‘, establece objetivos diarios o semanales para que tengas algo en qué concentrar tu trabajo duro. No tendrás tiempo para sentirte solo, con toda la dedicación que le pondrás a tu proyecto. Algunas ideas de proyectos grandes pueden incluir: Aprender un nuevo idioma Escribir tu propio libro Construir un mueble grande Aprender un nuevo instrumento Construir un carro o moto a partir de las piezas Iniciar una pequeña empresa Comenzar (o finalizar) un título Pasemos más tiempo al aire libre. La vida al aire libre ha sido un poder de curación para millones de personas en los últimos años. Y si bien puede sonar contradictorio el hecho de sobreponerse de la soledad saliendo solos, el tiempo que pasamos en la naturaleza probablemente mejorará nuestro estado emocional y desvanecerá los sentimientos de soledad. La luz solar ayuda a aumentar las endorfinas en el sistema, haciéndonos sentir más felices y menos centrados en nuestra soledad. Además, explorar nuevos lugares, emocionarnos y ver toda la naturaleza local cambiará nuestro enfoque y equilibrará nuestro estado mental. Busquemos buenas caminatas a nuestro alrededor, o simplemente exploremos un nuevo parque. Parte 2 de 3: Estar con otras personas Con frecuencia hagamos pequeños planes con amigos. Si sentimos que sólo podemos pasar el rato con gente si estamos en una fiesta o en una cena agradable, es probable que limitemos la cantidad total de tiempo que podríamos pasar con la gente con la que disfrutamos. Sin embargo, si planeamos pequeñas 'salidas' durante toda la semana con una variedad de amigos, podremos llenar nuestro tiempo libre con socialización, que prácticamente eliminará la soledad de nuestra vida por completo. Salir con los amigos no tiene que tomarnos mucho tiempo o dinero, ya sea porque conozcamos a alguien nuevo en la cafetería o porque llamemos a una antigua amistad. Probemos algunas de estas ideas fáciles de 'salida': Ir a tomar un café Caminar por un parquet local Hacer algo con alguien juntos (específicamente con una amistad o familiar cercano) Cocinar una nueva receta en compañía Realicemos proyectos grandes para que tengamos eventos que esperemos con anhelo. Es fácil sentirnos solos y abrumados cuando el futuro parece sombrío y carente de cualquier proyecto. Si tenemos algo que esperamos con interés, ya sea un gran evento o una reunión con alguien que extrañemos, es probable que nos sintamos menos solos y más emocionados por lo que está por venir. Tomémonos el tiempo de hacer una lista de posibles actividades en las que podamos querer participar. Luego, pasemos unos días planeando el evento en la mayor medida, para que estemos totalmente preparados y libres de estrés. Si podemos, incluyamos a otras personas en el proceso de planificación y el evento final para un efecto más efectivo contra la soledad. Consideremos los siguientes planes: Realizar un viaje de fin de semana a un nuevo lugar. Organizar una comida Ir a una charla, festival de música o cualquier otro evento relacionado Consideremos la posibilidad de adquirir una mascota. Si pasar tiempo con los amigos o lejos de casa no es una opción para nosotros, podríamos considerar adquirir una mascota para ayudar a combatir la soledad. Los estudios han demostrado que las personas que tienen mascotas son menos propensas a sufrir de depresión y soledad que las que no las tienen. Los gatos y perros son generalmente considerados las mejores mascotas para luchar contra la soledad, ya que están felices de interactuar con nosotros y disfrutan del contacto físico (en su mayor parte). Las mascotas proporcionan compañía y una buena distracción de cualquier sentimiento negativo que no nos deje avanzar. Tengamos en cuenta que tener una mascota es una gran responsabilidad y requiere una gran cantidad de tiempo y atención. Si un perro o un gato no funcionan para nuestro estilo de vida, las aves y roedores son mascotas comunes que también pueden ayudar. Evitemos quedarnos en casa todo el tiempo. A veces, un cambio de paisaje es todo lo que se necesitamos para refrescar nuestra vida y hacernos sentir un poco más feliz. No sólo eso, también salir de casa y visitar varios lugares nos expone a nuevas oportunidades para los amigos y pasatiempos. Tengamos en cuenta que sólo el hecho de salir, no significa que tengamos que salir con gente. Podemos superar nuestra soledad incluso si salimos solos, siempre y cuando estemos haciendo algo que nos gusta. Intentemos ir a un nuevo café para trabajar o estudiar, o simplemente visitemos nuestra parte favorita de la ciudad. Volvernos dependientes de nuestra cama o sofá es una vía rápida a la soledad. Hagamos todo lo posible para salir y probar cosas nuevas, incluso si todo lo que queremos hacer es darnos atracones de series de TV Parte 3 de 3: Evitemos los mecanismos de adaptación Comprendamos que la soledad y el aislamiento son diferentes. A veces, sobre todo si somos personas sociables, podemos considerar fácil mezclar ‘soledad‘con el ‘aislamiento‘. La soledad es la sensación de que nos falta algo o alguien, o de quedarnos solos. El aislamiento, es simplemente el acto de estar solos. Si bien la soledad debe ser solucionada, el aislamiento es una parte normal y natural de la vida. No nos sintamos obligados a llenar cada momento con actividades y tiempo con la gente. Tener tiempo para nosotros mismos es saludable y necesario, y a menos que nos sientas realmente solos, no es algo que necesitemos tratar de ‘arreglar’. No nos volvamos dependientes de la familia y amistades. Cuando nos sintamos solos y no estemos muy seguro de por qué, puede ser fácil recurrir a la familia y amistades como una distracción de nuestras emociones. Sin embargo, hacer esto simplemente oculta nuestros verdaderos sentimientos, y no nos ayudará a sentirnos mejor en el largo plazo. Tomémonos tiempo para examinar las fuentes de nuestra soledad, y esforcémonos para encontrar soluciones en lugar de depender constantemente de una amistad para salir. Nos sentiremos mejor en el largo plazo, aunque requiera de un trabajo un poco más emocional y mental. Evitemos las conductas de afrontamiento adictivas. No es raro para alguien que se siente solo terminar enfrentando un comportamiento posiblemente adictivo, ya sea el alcohol, las drogas, las compras, la comida, o algo más. Cuando nos sintamos tristes y que realmente nos falta alguien o algo, tenemos que dirigir directamente nuestras emociones. Tratar de evitar nuestros sentimientos o esquivarlos con la conducta adictiva no sólo es poco saludable, sino que agravará nuestro problema de soledad. Cojamos medidas para tomar decisiones de vida saludables cuando estemos molestos, en lugar de utilizar soluciones rápidas que empeoren las cosas en el futuro.

jueves, 8 de enero de 2015

El ahorro personal

Sin seguir el ejemplo de la imagen, pura anécdota de algún capricho que nos damos de vez en cuando, en la situación económica de crisis mundial en la que vivimos, mucha gente quiere ahorrar pero no sabe por dónde empezar. Es muy importante conocer los puntos claves para empezar a ahorrar y sacarle así el máximo provecho a este hábito. Te damos unos consejos para saber cómo fomentar el ahorro personal. 1. En primer lugar, es muy importante evitar las prácticas que supongan un aumento de los gastos innecesarios, de modo que es recomendable seguir unas pautas para un consumo responsable e inteligente. 2. Puede venir muy bien administrar el dinero disponible para cada mes e ir llevando un recuento de los gastos realizados y a realizar dentro del mes. 3. En caso de no poder solventar una situación económica muy complicada, siempre se puede recurrir al asesoramiento profesional. De esta forma tendremos ayuda para marcarnos objetivos de ahorro a corto y largo plazo. 4. Si se quiere invertir nuestro dinero o contratar un producto financiero para mejorar nuestro ahorro, es muy importante no asumir riesgos innecesarios y no tomar decisiones precipitadas si no se conoce a fondo el producto o el mercado financiero. 5. Por último, es muy importante mantenerse constante y paciente, sólo de este modo se obtendrán los resultados deseados. Hay que tener siempre presente que el ahorro no se puede producir de un día para otro, hay que aplicar estos consejos y no desesperarse. 6. Verificar la situación financiera 7. Antes de abordar un plan de ahorro, lo principal es comprobar el estado real de la situación económica personal. Se deben contabilizar y revisar en profundidad las finanzas personales: ingresos, gastos o deudas, tanto presentes como futuros. 8. Hay que contabilizar y revisar en profundidad las finanzas personales 9. Hay que revisar también la capacidad de respuesta ante posibles imprevistos, como pérdida de empleo, reducción de ingresos, aumento de gastos, vencimiento de deudas contraídas, etc. Si la situación no es la idónea, debe iniciarse lo antes posible un plan para subsanar los desequilibrios. 10. Registrar y clasificar los gastos 11. Se debe elaborar y guardar un registro de todos los gastos y jerarquizarlos desde los más importantes a los más nimios. Una opción es comenzar un registro semanal o mensual, ya sea digital o en archivadores o cuadernos, para luego ampliarlo. 12. La mejor manera de recortar gastos es conocerlos con exactitud. Así será posible establecer prioridades en el gasto. 13. Elaborar un presupuesto 14. Debe confeccionarse un presupuesto que refleje tanto los gastos como los ingresos para, a partir de ahí, equilibrar ambas partidas y comenzar a ahorrar. La manera de hacerlo es reducir la partida de gastos, o en el mejor de los casos aumentar los ingresos, para buscar un excedente que se dedicará al ahorro. 15. Una vez realizado, de nada servirá si no hay una apuesta decidida en cumplir las premisas que se han marcado. La constancia y tenacidad son claves. 16. Fijar un porcentaje de ingresos para el ahorro 17. Los expertos recomiendan un excedente de al menos el 10% de los ingresos dedicado al ahorro. Lo más conveniente para reservar ese porcentaje es considerar esta cantidad como un gasto fijo ineludible más. 18. Sin una ausencia de obligación de pago, resulta muy difícil mantener esa premisa. Una opción puede ser la apertura de una cuenta de ahorros para tal efecto. Con ella, el registro de los ahorros es más sencillo, la motivación aumenta y se acumulan intereses. 19. Establecer metas de ahorro 20. La clave está en reforzar el hábito de ahorro para alcanzar los objetivos establecidos de antemano. Si se dispone de una meta, los esfuerzos que exige el plan son más asumibles y se mantiene una constancia. 21. Conviene comenzar con pequeñas metas y, una vez obtenidas, lanzarse a retos mayores 22. Para no incurrir en frustraciones, lo mejor es comenzar con pequeñas metas y, una vez obtenidas, lanzarse a retos mayores. Para ello, en el presupuesto ha de definirse la cantidad necesaria, el tiempo y la estrategia para realizarlo. 23. Eliminar los gastos superfluos 24. Dar prioridad a los gastos ineludibles y desechar los alentados por un impulso de satisfacción inmediata. El presupuesto determinará las prioridades y ayudará a rechazar esos pequeños gastos innecesarios que harán factible el ahorro. Deben analizarse los hábitos de consumo para poder recortar gastos. 25. Crear un fondo de emergencia 26. Una vez que se registran resultados en forma de excedentes del ahorro, debe asegurarse una parte de esa cantidad para constituir una reserva de dinero. Esta solo se utilizará en caso de emergencia o imprevistos ineludibles. 27. Evitar y/o controlar las deudas 28. Para no incurrir en deudas o que estas no se incrementen, una prioridad ha de ser la de pagarlas en el plazo estipulado. Asimismo, se debe aprender a vivir con los ingresos de que se dispone y no a base de préstamos y créditos. 29. En esto, el presupuesto deberá regir de nuevo las acciones de gasto. Para ahorrar dinero es necesario contar con la menor cantidad de deudas posible, ya que de otro modo el excedente se irá en el pago de los intereses. Se debe gastar lo que se tiene. De ahí que convenga utilizar las tarjetas de crédito lo menos posible. 30. Buscar ofertas y descuentos 31. El ahorro pasa por la reducción del gasto. Buscar, comparar o negociar las mejores y descuentos es básico en este objetivo. Las ofertas y descuentos aparecen en casi todas las partidas de gasto si se persiguen con tenacidad. 32. Una vez que se ha conseguido un excedente de dinero gracias al plan de ahorro, conviene sacarle el máximo rendimiento posible 33. Desde el ahorro en la energía del hogar (facturas de electricidad, agua, gas, teléfono, transporte...), hasta la compra o la ropa (listas para el supermercado, periodos de ofertas y rebajas, promociones, liquidaciones...) y la reducción en los gastos destinados al ocio (comidas fuera, actividades gratuitas o páginas web de descuento) es posible con las medidas adecuadas. 34. Invertir con precaución 35. Una vez que se ha conseguido un excedente de dinero gracias al plan de ahorro, conviene sacarle el máximo rendimiento posible, pero siempre con las mayores garantías. Nunca debe olvidarse que a mayor beneficio, mayor riesgo, si bien se busca asegurar unos ahorros, no perderlos en aventuras financieras. 36. Los ahorros deben depositarse en instituciones fiables y solventes, elegir las mejores ofertas del mercado, como los depósitos a plazo fijo, siempre que se comparen los distintos tipos de interés ofertados por las entidades para las cuentas de horro. Conviene huir de rendimientos extraordinarios, ya que rara vez las promesas de este tipo son satisfechas. Por último, bajo ningún concepto se deben contratar productos financieros que no se comprenden.

miércoles, 7 de enero de 2015

Abordemos la muerte

Estamos tan apegados a la vida que no resulta fácil aceptar un final. Para protegernos, evitamos pensar en la muerte y, cuando lo hacemos, nos invade el miedo, un miedo que ya es por sí un sufrimiento. La mayoría desconocemos cómo prepararnos para afrontar ese momento trascendental. La muerte es, sin duda, el principal de todos los temores. El hombre ha buscado incansablemente durante toda su existencia la fuente de la juventud eterna, que no es más que la búsqueda de la inmortalidad. Sin embargo, si hay algo en la vida que todos sabemos es que cuanto nace está condenado a morir. La muerte es un hecho natural y universal. Pese a ello, vivimos de espaldas a ella. Es un tabú, una conversación de mal gusto, un pensamiento que debe desaparecer de nuestra mente. El temor a lo desconocido, a la inseguridad que produce no saber qué hay después de esta vida, nos produce desazón y sufrimiento. La receta para vencer el temor a la muerte es pensar positivamente, aceptar con serenidad que la muerte forma parte de la vida y que empezamos a morir desde el momento en que nacemos. Un viejo refrán afirma que sólo cuando aprendemos a vivir aprendemos a morir. Pero muy pocos lo ponen en práctica, a pesar de que todos pensamos que es "ley de vida" y que "a todos nos llegará algún día", nunca estamos preparados del todo para afrontarla con serenidad y madurez. Cómo aceptar la muerte. Si la muerte es una parte natural del ciclo de vida y todos tenemos que llegar a un acuerdo con él, aceptar lo inevitable no tiene por qué ser difícil si lo ajustamos a esa perspectiva. Veamos una serie de sugerencias para afrontar nuestro destino final con resignación: Aceptar la muerte estando abierto a sentirse vulnerable. Las personas tenemos una falsa percepción de cómo se debe reaccionar a la muerte. No es necesario ser fuerte y estoico para ello Hacer un duelo de manera adecuada para atravesar el proceso entero. Aceptar la muerte permitiéndonos hacer un duelo y dándonos tiempo para luchar con los sentimientos que experimentamos. Enfadarse es una parte del proceso de duelo y la debemos atravesar antes de poder aceptar la muerte. Aunque estemos peleando con el pensamiento de nuestra propia muerte, es correcto enojarnos. Debemos dejar atrás esta fase para aceptar la muerte. Discutir el tema de la muerte con nuestros seres queridos. Es imposible evitar la muerte evitando hablar de ella. Seamos abiertos y honestos y dejemos que aquellos seres cercanos sepan cómo deseamos que, en un futuro, sea manejada nuestra muerte. Abramos un diálogo y dejemos que las personas sepan que es correcto hablar de esta delicada asignatura. Enumerar nuestros sentimientos acerca de la muerte. Ya sea por la muerte de alguien cercano a nosotros, o nuestros sentimientos acerca de la suya, dejemos fluir nuestros pensamientos. Escribe libremente cada pensamiento que venga a nuestra mente. Meditemos acerca de los resultados, pero alejados del egoísmo de pensar sólo en nuestro final, veamos también cómo enfrentarnos a la muerte de un ser próximo. Cuando una persona está a punto de morir, es frecuente que entre esa persona y sus familiares se abra un muro de silencio. Quien agoniza sabe que si pregunta qué va a pasar sus seres queridos le asegurarán que se va a recuperar. Los allegados, por su parte, intentarán quitar hierro ante el paciente a una situación que la persona afectada. ¿Qué hacer? Teniendo en cuenta que lo más importante es escuchar a la persona y mantenerse a su lado, con un sentimiento de amor incondicional, la Psicología ofrece algunos consejos: 1. Escuchar es más importante que hablar. Permanecer atentos a sus expresiones físicas o verbales le hará menos traumático el trance al moribundo. 2. Acompañarle supone sentarse a su lado, mirarle a los ojos, cogerle la mano, acariciarle. 3. Respetar sus silencios resulta vital para ordenar sus miedos, emociones y sentimientos. 4. Respetar sus decisiones y su fragilidad no significa que no pueda tomar decisiones. Es una persona y hay que respetar sus puntos de vista. 5. Decir a menudo que le queremos supone hacerle sentir lo mucho que ha aportado a tu vida y a la de otros. 6. Ayudarle a recordar sus logros es fundamental para que al final de la vida hagamos recuento de nuestros actos, aunque para ello haya que ayudarle a fijarse en sus cualidades positivas obviando sus errores.

sábado, 3 de enero de 2015

Sobre la coherencia

Coherencia es el valor que nos hace ser personas de una pieza cuando actuamos de acuerdo a nuestros principios. Coherencia es la correcta conducta que debemos mantener en todo momento basada en los principios familiares, sociales y religiosos aprendidos a lo largo de nuestra vida. Con este valor somos capaces de cumplir con mayor eficacia nuestras obligaciones, pues hace falta ser honesto y responsable. En nuestras relaciones personales es indispensable para ser sinceros y confiables. Para nosotros es un medio para fortalecer el carácter, de desarrollar la prudencia y disponer de un comportamiento verdaderamente auténtico. El problema de vivir este valor es que siendo susceptibles a la influencia de las personas y lugares a los que asistimos, por temor callamos, podemos querer evitar contradecir la opinión equivocada o hacer lo posible por comportarnos según el ambiente para no quedar mal ante nadie sin darnos cuenta de que no es posible formar nuestro criterio y carácter si somos incapaces de defender los principios que rigen nuestra vida cuando los mejor en estos casos es mantenerse firmes, aún a costa de la opinión o amistad que aparentemente está en juego. Debemos ser valientes para superar el temor a ser señalados como extraños, anticuados o retrógrados, porque un carácter débil inspira poco respeto y con él no lograremos nunca demostrar la importancia de vivir de acuerdo a unos principios y valores. Podemos suponer que actuar en base a nuestras propias convicciones basta para ser coherentes, pero existe el riesgo de adoptar una actitud traducida en un "soy como soy y así pienso", porque la coherencia exige esa firmeza y postura, pero se necesita un criterio bien formado para no caer en una obstinación. Todo indica que en algunos momentos exigimos coherencia en los demás: para recibir un justo salario, cuando pedimos colaboración a los compañeros de trabajo, que nos dispensen atenciones en casa, lealtad y ayuda de los amigos. Pero esto debe llevarnos a reflexionar si trabajamos con intensidad y en equipo, si correspondemos con creces a los cuidados que recibimos en casa, si somos leales y verdaderos amigos de nuestros amigos.Siempre debemos ser conscientes de que la coherencia hasta cierto punto es flexible. Por una parte es aprender a callar y ceder en las cosas sin importancia, pero en circunstancias en las que el prestigio y la seguridad de las personas, la unidad familiar o la estabilidad social están en juego, se tiene la obligación de afrontar la situación para evitar un daño a los derechos de los demás. Este es el motivo por el que el ejercicio de la prudencia es determinante para saber actuar acertadamente en cualquier circunstancia. ¿Qué se necesita para ser coherentes, voluntad o conocimiento de los valores? En sentido estricto, ambos. Voluntad para superar nuestro temor a ser "diferentes" con el implícito deseo de ser mejores y ayudar a los demás a formar valores en su vida. Con el conocimiento hacemos más firmes nuestros principios y descubrir su verdadero sentido y finalidad nos lleva a ejercitarnos en los valores y vivirlos de manera natural. Por todo ello, para la práctica y vivencia de este valor, consideremos los siguientes consejos: 01. Examinemos si nuestras actitudes y palabras no cambian radicalmente según el lugar y las personas con quien estemos para que en todo lugar se tenga la misma imagen y opinión de nosotros 02. Pensemos en la coherencia que exigimos de los demás y si actuamos y correspondemos, al menos, en la misma proporción 03. Seamos prudentes para elegir amistades, lugares y eventos, porque no tendremos que escondernos, mentir ni comportarnos en forma contraria a nuestros principios 04. Evitemos hacer trampa o cumplir con nuestras obligaciones a medias, aunque sea lo más fácil y nadie se percate de ello por el momento 05. Procuremos nos ser necios. Consideremos que algunas veces podemos estar equivocados, escuchemos, reflexionemos, informémonos y corrijámonos si es necesario 06. Evitemos discusiones y enfrentamientos por cosas sin importancia. No perdamos la cordura si hay algo que defender o aclarar. Tengamos siempre serenidad, cortesía y comprensión. La experiencia demuestra que vivimos con mayor tranquilidad y nuestras decisiones son más firmes al comportarnos de manera única y que a la larga todos aquellos que alguna vez se burlaron de nuestros principios terminan por reconocer y apreciar la integridad de nuestra persona. Por este motivo, la unidad de vida aumenta nuestro prestigio personal, profesional y moral, lo que garantiza ind¡condicionalmente la estima, el respeto y la confianza de los demás y sobre todo actuemos siempre según nuestros principios.