domingo, 28 de septiembre de 2014

Divagaciones sobre la crítica

Somos muy dados a la crítica, sobre todo sin que esté presente la persona criticada, como si lo que quisiéramos, más que solucionar el hecho con el que en principio no estamos de acuerdo, es soltar nuestra mala fe para que, con la aquiescencia de la tercera persona con quien hablamos, nuestra conciencia se sienta liberada. Y es que parece que los problemas de conciencia pesan, por lo que de vez en cuando hay que soltarlos. Por otra parte, como la capacidad de escucha también es deficitaria, el mero hecho de echar una diatriba le permite al interlocutor replicar con la suya hasta que ambos mensajes van tan en paralelo que al final uno no sabe lo que ha dicho el otro, pero se siente mejor por haberse desprendido de su sapo por aquello del que calla otorga. Así nos desenvolvemos en lugar de que una vez detectado el mal que nos afecta vayamos a buscar la fuente de un desaguisado que en ocasiones sólo estriba en un problema de exposición o de interpretación. Pero hacemos complicado lo sencillo pensando en lo que no debiéramos y como a la mayoría de los interlocutores les da igual lo que les digan, no vaya a ser que por replicar tengan problemas o pierdan esa mal llamada amistad, se callan, otorgan o se ponen a contar su experiencia al respecto, tanto más exagerada, hacia arriba o hacia abajo, que la que están oyendo. Es porque la crítica es un tema del que no nos vamos a desprender nunca, que conviene aprender a pasar de ella y procurar que no nos afecte en nuestra manera de ser, por lo que exponemos esta serie de consejos para afrontarla: Decide a qué le das importancia y a qué no se la das para poder responder en ciertas circunstancias o para ignorar otras. No sientas un ataque cuando alguien lance alguna crítica sobre ti. Las personas activas y participativas están expuestas a halagos y críticas constantemente y saber gestionarlos no es siempre fácil. Reconoce de dónde viene esa crítica y ayuda a reconducirla en lugar de tomártelo personalmente. Cuando alguien te haga una crítica, sonríe y no digas nada más, porque puede que la persona que la haga simplemente esté buscando una reacción tuya. Conserva tu energía para otros temas, porque cuando alguien habla mal de alguien está diciendo la verdad sobre sí mismo. Generalmente, cuando alguien te dirige una crítica y te la tomas a mal es porque de una manera u otra sientes que esa persona tiene razón, porque la crítica es una gran señal para revisar qué nos está pasando y seguir creciendo, así es que no pidas opiniones si no sabes aceptarlas. Tú no eres responsable de lo que hagan los demás, así es que no te sientas culpable por nada y déjalo ir, porque incluso te servirá para aprender. Existe gente negativa y crítica por todas partes. Hay quien se atreve a juzgarte "por tu bien", lo que no quiere decir que tengan razón. Escucha siempre detrás de las palabras, encontrarás mucha información que puede serte útil. Centra tu atención en las cosas que de verdad te nutren y si no quieres que te critiquen no hagas nada, no digas nada, no seas nada; pero no creo que ésa sea la solución.

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